La Coca sin Cola

El mercado internacional de la cocaína tiene un valor estimado entre 110 y 130 mil millones de dólares al año. Es tan fuerte que ha opacado y puesto en peligro los usos culturales y medicinales de la planta de la coca como tal, y con ello las tradiciones y parte de la cultura de quiénes la cultivan.

Erin Rose

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¿Cuáles son los grandes tesoros de los territorios andinos? Puede ser que pienses en los famosos ornamentos de oro de los Quimbayas y Muiscas, o las esmeraldas, o posiblemente el petróleo. Pero hay otras riquezas que se encuentran no bajo tierra, sino en las selvas y las sierras: plantas como el tabaco, el cacao y la coca.

 

El tabaco y el cacao disfrutan de la aceptación universal. Damos por hecho que podemos conseguir un cigarrillo o un chocolate en cualquier tiendita de la esquina, en casi cualquier parte del mundo. Pero la pobre coca está perseguida por el glifosato y por los gobiernos. Uno no puede llevar una inocente infusión de hojas de coca a muchos países, sin un interludio desagradable con el perro adorable de la no tan adorable policía del aeropuerto.

 

El mercado internacional de la cocaína tiene un valor estimado entre 110 y 130 mil millones de dólares al año. Es tan fuerte que ha opacado y puesto en peligro los usos culturales y medicinales de la planta de la coca como tal, y con ello las tradiciones y parte de la cultura de quiénes la cultivan. Se estima que entre 124.600 y 169.000 hogares viven de la coca en Colombia, y les faltan caminos legales para su uso y venta.

 

Dicen los que viven en Cauca, uno de los centros de cultivo en Colombia, que “la casa que no tiene coca aquí, no es casa …la coca es curativa, la coca es vida.”

 

Coca no es cocaína

Debido a diversas falencias en los sistemas educativos y a las secuelas de la Guerra Contra Las Drogas, mucha gente no distingue con claridad entre una hoja verde, que se puede masticar o infusionar, y un extracto químico de esta misma hoja que probablemente está mezclado con alguna otra sustancia química que no quieres ingerir.

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Visitando una plantación de coca.

Vale la pena repetir: la hoja de coca no es cocaína. Entre el 0.1 y 1% de la hoja (si, menos del 1%) es cocaína. y tiene varios otros alcaloides y compuestos que pueden ser medicinales y nutricionales. Ha sido difícil estudiar la coca como planta medicinal por su deslegitimación a nivel mundial. Sin embargo, según el journal Emergency Medicine International, los posibles usos médicos de la coca podrían ser “(Tratar) condiciones gastrointestinales, un antidepresivo de actuación rápida, un tratamiento del mal agudo de montaña, un energizante para personas que hacen labores físicas, y un tratamiento para dolores dentales y lesiones orales.”

 

Los gringos pueden seguir con su guerra perdida contra la cocaína, pero por lo menos legitimemos la coca como planta con un valor cultural y medicinal. Es como prohibir el tabaco porque la nicotina aislada es una toxina muy peligrosa.

 

Hablemos de botánica

Puede ser que tú, como yo cuando me mudé a Colombia, no tengas ni idea de que hay especies de coca diferentes. Dos, para ser precisa: Erythroxylum coca, la especie más común y más usada en la producción de cocaína, y Erythroxylum novogranatense, también conocida como coca Colombiana o hayo, que por su alto porcentaje de compuestos aromáticos mentolados, es la coca usada para saborizar la Coca-Cola. Sí, todavía hay un extracto «decocainizado» de coca en nuestra vieja amiga la Coca-Cola.

 

Y así llegamos a la coca en las bebidas

El producto más gringo de todos los gringos lleva los nombres de dos plantas de otras partes del mundo, cuyos nombres vienen de idiomas diferentes al inglés: nuestra amiga coca -por supuesto – y cola, la semilla africana que proporcionaba cafeína a la receta original.

 

La Coca-Cola nació como una bebida alcohólica en el sureste de Estados Unidos. En 1883, John Pemberton, un farmacéutico, quiso aprovechar la moda de los vinos de coca que arrasaban en el mundo. El más famoso fue creado por un químico francés, Angelo Mariani. Mariani leyó las investigaciones del médico italiano Pablo Mantegazza relativas a los efectos de la coca sobre la psique humana, que impulsaron su curiosidad sobre el potencial de la coca como medicina y por supuesto como producto comercial.

 

Su Vin Tonique Mariani (à la Coca du Pérou), o Vin Mariani, fue una maceración de la hoja de coca en vino tinto -para ser precisos, un bordeaux- con un 10% de alcohol y unos 6 o 7 mg de extracto de cocaína. La publicidad del vino aseguraba que daba salud, vigor, vitalidad y energía.

 

El Vin Mariani fue tomado y recomendado por dos papas, la reina de Inglaterra, el presidente de Estados Unidos, escritores, actrices y seguramente por muchas personas normales. Thomas Edison afirmó que le ayudó quedarse despierto más tiempo mientras trabajaba en sus inventos. La coca y el alcohol juntos producen un compuesto psicoactivo que se pega al receptor de la dopamina y produce euforia, lo que puede explicar la manía por este vino.

 

Lastimosamente (o felizmente) para Mr. Pemberton, el movimiento de templanza que iba a resultar en Prohibición ya estaba ganando fuerza en Estados Unidos. Tres años después de que lanzara su vino de coca, el condado en que vivía prohibió el alcohol. Lo reformuló sin alcohol, combinando la hoja de coca con una semilla con alto contenido de cafeína, la kola, y el resto es historia.

 

Pocos años después, en las tierras de la coca, comenzaron a sustituir bebidas tradicionales como la chicha y la infusión de coca, por otras importadas, como la Coca-Cola y la cerveza, justificando la ilegalización de aquellas prácticas ancestrales bajo el pretexto de la higiene y el orden público. Muchas bebidas precoloniales siguen luchando hoy en día para poder venderse legalmente.

 

¿Y Ahora?

En los países donde crece la coca es común encontrar vinos y destilados macerados con ella, pero muy pocos son comercializados fuera de sus países de origen porque contienen ‘drogas’.  La marca irlandesa Cocalero (nombre que se da al que cultiva coca), produce dos licores ‘de los Andes’ con extracto de coca sin sus compuestos activos, similar al proceso que usa Coca-Cola.

 

Uno es verde radioactivo y lo venden en estas neveras de shot. En Japón es popular con Red Bull. Creo que no necesito decir más. El otro, Cocalero de Altura, es un licor herbal y complejo producido en Bolivia, tan bueno que uno casi le perdona que sea una marca irlandesa. También ha reaparecido el Vin Mariani,  con coca descocainizada, y con algunas sospechas de que fue el ingrediente secreto del legendario Pisco Punch de la Fiebre de Oro.

 

De un lado, chévere que la coca vuelve a ser legitimada como ingrediente. Del otro, vemos las marcas europeas y estadounidenses aprovechándose de la coca ‘sin cocaína’ en sus bebidas, mientras la gente que la cultiva en Colombia tiene sus cultivos destruidos y sus tierras envenenadas con glifosato. Me deja un mal sabor de boca que ni la Coca-Cola puede quitar.

 

Cocteles con coca sin decocainizar

Ambos cócteles se preparan con coca colombiana (novogranatense) tostada a mano en la Sierra de Santa Marta y traída a Bogotá por mis amigas de Munay Herbal. Han hecho un trabajo increíble, buscando plantas tradicionales del territorio y apoyando a las comunidades que trabajan con estas plantas. Si la consiguen, les recomiendo usar esta especie de coca, llamada hayo.

 

Martini Andino de Erin Rose

Este cóctel lo creé recientemente para el Reto Coca, un proyecto colombiano que busca resaltar la coca como elemento gastronómico y cultural. Cada año reúne a chefs, periodistas y por lo menos una bartender 😉 para hacer un recetario con coca y conocer los cultivos y las tierras de la coca en Colombia.

La Coca sin Cola 1

Esta versión de Martini se acerca más a un Vesper o un Martini pre Prohibición, que usualmente usaba más vermut proporcionalmente a la ginebra. Se sirve en copa cóctel o martini. La receta es para 2 martinis.

 

-60 ml (2 oz) de vermut blanco de coca

-30 ml (1 oz) de ginebra aromática (Monkey 47, Hendrick’s…)

-90 ml (3 oz) de ginebra London Dry

-5 ml (1 tsp) de sirope simple

-45 ml (1.5 oz) de agua filtrada

-2 pieles de limón mandarino.

 

Para el vermut blanco de coca

-150 g de vermut blanco dulce

-150g de vermut dry

-5g de hoja de coca entera

 

Preparación del vermut blanco de coca

*Agregar las hojas de coca al vermut.

*Macerar entre 24 y 48 horas a temperatura ambiente.

*Colar y guardar en la nevera.

 

Para el sirope simple

-150 g de azúcar blanco

-150 g de agua caliente

 

Preparación del sirope simple

*Disolver el azúcar en el agua y embotellar.

 

Preparación del martini

*Mezclar todo y meter en el congelador hasta que se enfríe totalmente.

*Servir en una copa cóctel.

*Aromatizar con la cáscara de limón mandarino.

 

Hayo Sbagliato de Erin Rose

-45 ml (1.5 oz) de Vin Mariani

-15 ml (5 oz) de Campari

-30 ml (1 oz) de soda

-2 medialunas de naranja

La Coca sin Cola 2

Para el Vin Mariani

-½ de Dubonnet.

-½ de vermut rojo.

-Hoja de coca (Erythroxylum novogranatense)

 

Preparación del Vin Mariani

*Macerar durante 24 horas los ingredientes.

*Filtrar y embotellar.

 

Preparación del Hayo Sbagliato

*Poner todos los ingredientes en un vaso o una copa, y agregar hielo.

*Mezclar ligeramente.

*Decorar con una medialuna de naranja.

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