Reproducimos el artículo publicado en elmundovino.com
Cuatro meses después de la jubilación de Jay Miller tras la polémica por la forma en que el promotor de eventos vinícolas Pancho Campo organizaba sus visitas a zonas productoras españolas, el ‘Wine Advocate’, revista trimestral del famoso crítico Robert Parker, ha estrenado al fin los comentarios de su nuevo especialista en los vinos de España (y Argentina y Chile, entre otros): Neal Martin, británico de 41 años, hasta ahora más dedicado a los vinos de Burdeos.
Martin, que había anunciado su interés por regionalizar más sus informes sobre España, acaba de pasar dos semanas catando y visitando bodegas en Cataluña, y el resultado aparece en el número 200 del ‘Wine Advocate’: un artículo sobre cavas (ninguno de fuera de Cataluña) con 107 notas de cata, otro sobre Priorat con 231 y uno sobre el resto de las denominaciones catalanas con 343; en total, pues, 681 vinos.
Se esperaba con interés el debut de Martin porque pocas veces se había ocupado de España antes de recibir el encargo de Parker tras el asunto Campo-Miller, y por algunas polémicas pasadas en torno a su interés, o falta de él, por los vinos españoles. Aunque el WA ya no tiene la abrumadora influencia de antaño -las polémicas pasan factura-, sigue contando en varios mercados, incluido el de Estados Unidos.
Martin, que salió del anonimato con su exitoso blog ‘Diary of a Wine Writer’, se incorporó hace cinco años al equipo de Parker, quien ha ido cediendo zonas del mundo vinícola a sus colaboradores, entre los que Antonio Galloni parece haberse convertido en ‘primus inter pares’.
Buenas notas sin acercarse al famoso 100/100 (las mejores, un par de 97 en Priorat) y una preferencia por los vinos más bien finos y de terruño son las características que se aprecian en esta primera remesa de comentarios de Martin. Su estilo literario, más británico y menos dado al cliché que el de Miller, también es novedoso.
En los cavas, Martin se dice convencido por el potencial de la xarel-lo, y la cata está absolutamente dominada, casi aplastada, por los vinos de Gramona y Recaredo, con Celler Batlle Gran Reserva Brut 2001 y Turó d’en Mota 2002 empatados en cabeza (96 puntos). El más valorado de otras bodegas es un vino artesano de Josep Mitjans, Loxarel 109 2002, que aún no ha salido al mercado, al que su productor pretende que llegue sin degollar.
En los vinos de toda Cataluña se observa, como era de esperar, mayor diversidad de estilos y preferencias. Martin declara su preferencia por Montsant («si Priorat es Pauillac, entonces Montsant es Margaux»), seguido de cerca por Terra Alta, con notas positivas sobre todo para Piñol, Laureano Serres y Edetària. Pero es finalmente un vino de una zona en la que Martin no encuentra un terruño definido, Costers del Segre, el que mejor nota obtiene: el Castell d’Encús Thalarn 2010, el syrah de Raúl Bobet, el que mejor nota se lleva, 95, junto al Teixar 2009, una garnacha peluda de un pequeño productor de Montsant, Vinyes Domenech. El vino mejor puntuado de Torres, Reserva Real 2009, recibe 92 puntos.
De forma notoriamente torpe, Martin incluye los vinos de Mallorca (esencialmente, los de 4 Kilos), entre los del «resto de Cataluña».
Cautivado por la pasión por el vino y la viña de Sara Pérez, Martin se declara entusiasta de la elegancia de las nuevas añadas de Mas Martinet y, curiosamente, recata un viejo favorito de Parker, Clos Mogador 2001, y éste se lleva junto a Clos Martinet 2009 la mejor nota, 97. Pero potencialmente es L’Ermita 2010, al que se da una nota provisional de (96-98), el mejor. Martin se dice admirador de la garnacha y de la cariñena y lamenta los excesos de roble nuevo que algunos bodegueros vuelcan en sus vinos y que hacen que a veces los más modestos sean más satisfactorios.