Burbujas separatistas

Clàssic Penedès reivindica los espumosos con uvas de las variedades clásicas, principalmente macabeo, xarel·lo y parellada, el cultivo 100% ecológico, la crianza mínima de 15 meses y etiquetar la fecha de degüelle y añada

Barcelona y Madrid fueron los escenarios de la presentación de Clàssic Penedès, una denominación -o subdivisión- para los vinos espumosos de la región vitivinícola catalana. El presidente del consejo regulador de la DO Penedès, Josep Maria Albet, reivindicó el origen único y respetuoso con el terruño y la historia, pues en el Penedès se desarrolló la cultura de los espumosos en Catalunya y en todo el territorio español, según el método tradicional champenoise.

Presentación de Clàssic Penedès.
Presentación de Clàssic Penedès.

Son tendencia global lo ultralocal y la radicalidad orgánica, biológica o ecológica. Rescatar las variedades autóctonas, pues son las más adaptadas al medio, también da más coherencia al uso del término ecológico, utilizado para indicar el empleo de los tratamientos fitosanitarios más respetuosos con el medio ambiente y cercanos a la naturaleza. Orgánico, biológico o ecológico son términos usados, a menudo, de manera demasiado discrecional.

Otra tendencia es que los pequeños quieren separarse de los mayores, que les impiden moverse y crecer libres a su manera.

Y también es tendencia el aumento de los estándares de calidad.

Así, 14 bodegas del Penedès, 14 como el año en curso, han decidido separarse de la generalista DO Cava y crear su propia denominación, con unas normas más respetuosas con el medio ambiente, la calidad, el clasicismo y el territorio del Penedès, donde nació la industria de los espumosos en la península.

Sin mencionar cava en ningún momento, Albet invitó a los pequeños productores de espumoso, la mayoría de los cuales están dentro de los límites de la DO Penedès, a sumarse al Clàssic: «Hemos pasado a una situación en la que podemos decidir nuestro futuro. Ahora somos 14 elaboradores del Penedès que hemos pasado de la oscuridad al resplandor y estamos ilusionados, porque hemos apostado por una filosofía valiente. Reivindicamos un vino que en el Penedès se viene haciendo desde que nació».

Clàssic Penedès es una apuesta por la calidad, el terruño y la sostenibilidad. En primer lugar, se quiere poner mucho énfasis a las variedades propias: las tres clásicas, macabeo, xarel·lo y parellada, además de subirat parent, malvasía, sumoll, las garnachas y la cariñena. Además, a partir de la vendimia de 2017, todos tendrán que ser ecológicos; el 90 por ciento actual ya lo es. En 2015, todos los cavas tendrán una crianza mínima de 15 meses, por lo que todos los espumosos serán Reserva por defecto. Y, como remate final, todos los productores inscritos están obligados a etiquetar la fecha de degüelle y la añada. Tras recordar que Clàssic Penedès será la primera denominación 100% ecológica, Josep Maria Albet recordó que esta apuesta permitirá posicionar a los pequeños productores en el mercado con un producto de calidad.

Los defensores de Clàssic Penedès.
Elaboradores que forman parte de Clàssic Penedès.

Agustí Torelló, de AT Roca, cree que Clàssic Penedès también revolucionará al Cava, denominación que criticó porque no aceptó subzonas geográficas, como la del Penedès: «Cava es una denominación sin origen, sin un territorio, sin un mapa». La Región del Cava está repartida por siete comunidades autónomas, por un total de 159 municipios de las provin­cias de Barcelona (63), Tarragona (52), Lleida (12), Girona (5), La Rioja (18), Álava (3), Zaragoza (2), Navarra (2), Valencia (1) y Badajoz (1).  Con la capital del Cava en Sant Sadurní d’Anoia, la mayoría de las bodegas de la DO Cava están situadas en territorio de la DO Penedès.

De momento, ya se han sumado 14 bodegas a la nueva denominación de espumosos: Addaia, ATRoca, Mas Comtal, Albet i Noya, Torre del Veguer, Bonans, Can Gallego, Colet, Finca Can Ramon, Can Morral del Molí, Argila, Loxarel, Mas Can Colomé y Puig Romeu.

Albert Castellón, asesor de la DO Penedès, considera que nadie tiene porqué preocuparse por si el nombre va a triunfar: «Depende del producto, más que de la marca. ¿Quién hubiera dicho en los setenta que una marca de ordenadores iba a triunfar llamándose manzana?» Todos coincidieron en que la conquista del mercado depende de la capacidad de posicionarse y de convertirse en una plataforma cómoda para pequeñas y medianas bodegas.

El presidente de la DO Penedès remarcó la voluntad de pagar bien a los viticultores, porque «una viticultura de calidad necesita incentivos y los agricultores tienen que estar orgullosos con su producto y contentos con los precios».