Con una inversión de alrededor de U$ 15 millones, la familia francesa Bonnie inaugura hoy su bodega DiamAndes en el corazón del Valle de Uco. Dicha inversión es la primera de la firma en este terruño pero la cuarta apertura del famoso grupo Clos de los Siete que está proyectando en Mendoza desde 2003 su plan vitivinícola. Las tres anteriores son Monteviejo, Flechas de los Andes y Cuvelier Los Andes.
En Francia comenzaron con la actividad vitivinícola en 1996 y, bajo la firma Malartic-Lagravière, ya han apostado a dos bodegas en la zona de Bordeaux. La primera, considerada una reliquia, el Château Malartic-Lagravière y en 2005 completaron dicha bodega con el Château Gazin Rocquencourt, de 28 hectáreas productivas.
La bodega mendocina situada al pie a la Cordillera de los Andes está a 1.100 metros de altura sobre el nivel del mar y tiene 115 hectáreas. Del total cultivado, 111 hectáreas están plantadas con Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Chardonnay y Viognier. Este porcentaje es según el color, en las tintas, de 66% Malbec, 17% Cabernet Sauvignon, 7% Merlot, 7% Syrah y 3% Petit Verdot. En las blancas, de 72% Chardonnay y 28% Viognier.
Además, Bodega DiamAndes tiene 20 hectáreas en estado de reserva, que quedan todavía vírgenes, «en las cuales en el futuro se plantará los varietales que requiera el terruño», explica textualmente un dossier de la empresa. El megaproyecto fue ideado por el enólogo francés Michelle Rolland
En diálogo con Los Andes, Jean-Jacques Bonnie, uno de los dueños de la firma, señaló que, entre las razones que evaluaron a la hora de aventurarse a invertir en la provincia, tuvieron en cuenta los positivos comentarios del mundo vitivinícola. «A Mendoza, le llamamos el Nuevo Mundo del vino», dijo Bonnie convencido, mientras agregó que «tiene el mejor clima» para el vino.
En su opinión, en el «terroir» mendocino se logra algo poco común: «fineza, elegancia y equilibrio en la composición del vino». Para este inversor, el Valle de Uco puede brindar esta característica que define de otra manera al producto y que lo convierte «en el Napa Valley del Nuevo Mundo». En su visión «Mendoza ha sido descubierta muy tarde».
Por ello, subrayó que «se consigue un balance del vino que no se encuentra en ninguna otra región del mundo» consecuencia de las «altitudes, de más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y la temperatura fresca de la noche que consigue un balance de ácidos muy particular».
Este empresario dijo además que hace 15 años que vienen invirtiendo en este sector y que les demanda toda la atención familiar, ya que en estas empresas, están sus padres, hermana y la familia política.
En cuanto a la estrategia de mercado, Bonnie explicó que éste ha cambiado bastante en los últimos cinco años. Aún así, «hemos vendido mucho en Francia, pero hoy la clave está en que ha bajado la cantidad de consumo y ha subido mucho la calidad».
Su apuesta estará en los mercados del Norte, Estados Unidos y Canadá, como también en Brasil. Entre ellos, pretende repartir un 50% del mercado total. A esto buscará sumar a Suiza, Inglaterra, Japón, Taiwán y Corea del Sur.
Mientras, al mercado interno, argentino dejará un 15% para comercializar sus vinos.
Su firma ya está presente en estos mercados con sus vinos franceses, a los que agregará los mendocinos. De acuerdo a su visión, hace 5 años que hay una evolución favorable a nivel comercial de los vinos locales en el mundo por lo que augura «éxito» en sus ventas.
La capacidad de la bodega DiamAndes rondará entre las 600 mil y 700 mil botellas que les demandará unos cinco años. En tanto la capacidad total de su firma, con las tres bodegas, puede marcar 1,2 millón de botellas. Además, esta bodega se ha preparado para el enoturismo. Construyó un microcine con capacidad para 40 personas, una sala de degustación VIP y un Wine Bar, en los cuales se podrán realizar distintos eventos.