Cuenca acoge un congreso sobre la relación entre la agricultura ecológica y la astronomía en el mundo viticultor
El pasado jueves 20 de marzo se celebró en el Museo de las Ciencias de Cuenca el primer Congreso Los vinos de las estrellas, al que fui invitado. El evento reunió a más de 50 profesionales del mundo vinícola, catadores y periodistas, en una jornada dedicada a profundizar en temas de vital importancia para la agricultura ecológica y su aplicación en el vino.
El objetivo de esta jornada fue establecer la relación que existe entre los calendarios de siembra, recogida y elaboración del vino en base al movimiento de los astros. Este primer congreso fue inaugurado por Francisco Casero, presidente de Ecovalia (Asociación de Valor Ecológico), que dedicó sus palabras a apoyar la iniciativa del congreso.
El naturista Joaquín Araujo, en su ponencia Ciclos vitales y ritmos cósmico resaltó la importancia de respetar la naturaleza y los ciclos biológicos en los procesos agrícolas para conseguir productos saludables y de calidad. Además, compartió con los asistentes sus reflexiones acerca del tiempo de crecimiento de los alimentos: “hay que respetar los tiempos, ya que, añadir químicos manipula el ciclo natural de los alimentos y afecta a los productos”.
En el marco de este acontecimiento, participó también el astrónomo Manuel Gutiérrez que se centró en explicar la conexión que las estrellas y la mitología tienen sobre el vino, haciendo un recorrido por Sirios, Temas y Orión, estrellas que indican el inicio de la vendimia, además de analizar el desplazamiento de la estrella Vindemiatrix a lo largo de los años.
Por su parte, Dionisio de Nova, pionero en España en viticultura biológica y en la elaboración de vinos al compás de los astros, dio a conocer la influencia de estos en la agricultura y en la elaboración de los caldos, bajo el cielo estrellado del Planetario del Museo. De Nova compartió con los asistentes sus teorías: “los elementos influyen en los aromas de los vinos: aire: florales; agua: frutales; fuego: frutales; tierra: especies campestres”. Su ponencia terminó con un vídeo de la nueva marca Astrowine, donde se presentaron las diferentes líneas de vinos: Los Vinos de los 4 Elementos, Los Vinos del Zodiaco y Tu Vino Astral.
El sumiller, enólogo y periodista Javier Pulido ejerció de maestro de ceremonias, dirigiendo el acto. Javier expuso su admiración por la labor de Dionisio de Nova y su implicación en la elaboración de sus vinos. “Es el Quijote de los vinos de La Mancha, por elaborar unos vinos diferentes y con personalidad en medio de gigantes”, destacó. Los invitados pudimos averiguar nuestro vino astral, gracias a la nueva aplicación web de Astrowine de la mano del astrólogo Javier Vidal, una actividad que nos sorprendió y generó muchos comentarios positivos entre los asistentes.
Este primer congreso finalizó con una experiencia única para los asistentes: una cata cósmica de Los Vinos de los 4 Elementos de Astrowine, dirigida por Dionisio de Nova, donde los participantes pudieron descubrir los aromas y sabores de los cuatro elementos (Aire, Fuego, Tierra y Agua). Los Vinos del Zodiaco pudieron degustarse durante el catering. Los asistentes no pudieron evitar sorprenderse al catar el vino de su signo del zodiaco. Astrowine es la primera marca de vinos que, además de utilizar procesos de cosecha y elaboración biológicos, va más allá para sacar el máximo partido a los aromas y sabores de sus caldos guiados por los astros y los ciclos lunares. La marca está desarrollada por Bodegas Dionisos, La Bodega de las Estrellas, que lanza ahora tres nuevas líneas de vinos: Los Vinos de los 4 Elementos, Los vinos del Zodiaco y Tu Vino Astral.
Cuando recibí la invitación para asistir al Primer Congreso de Los Vinos de las Estrellas en Cuenca, con el objetivo de profundizar en temas de vital importancia ecológica y su aplicación en el vino, de la mano de notables ponentes, tuve la sensación de que valía la pena acudir a este evento para saber si realmente estos vinos en los que su elaboración viene marcada por los ciclos lunares en el cultivo y la elaboración y que el ritmo de la luna creciente, implica procesos acelerados tales como la fermentación más rápida o la luna menguante propicia procesos de fermentación más pausados. Una ocasión única pensé y me adherí con entusiasmo.
El AVE, este gran invento de locomoción existente te permite en menos de cuatro horas el desplazamiento desde Barcelona, sin colas, esperas innecesarias y siempre puntuales. Me cuentan anécdotas , que cuando se construyó los conquenses querían la estación en el centro de la ciudad como en Madrid, reivindicaban. Está demasiado lejos se quejaban, como si el singular enclave natural, su espectacular orografía entre las hoces de los ríos Huecar y Jucar lo permitiese me decía un responsable del AVE en la estación.
Hoy, gracias a este transporte, Cuenca declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1996 es hoy una de las ciudades más visitadas de este país. Poco tiempo tuve para visitar las Casas Colgadas, la Catedral de estilo gótico-normando y el puente colgante de San Pablo, pues debía almorzar y elegí en el centro histórico, el restaurante Figón de Huecar situado en una de las calles más turísticas, Julián Romero. Pues bien como el acceso de la calle estaba en obras, pregunté a varias personas y ninguna sabía dónde estaba ni el restaurante ni la calle, pero sorprendentemente algunos, amablemente, te recomendaban “su restaurante».
Comí estupendamente unas berenjenas rellenas de cangrejo autóctono y costillitas de lechal, todo acompañado de un vino extraterrestre. Después fui al Congreso de los vinos y descubrí que mi vino según el zodiaco es un sauvignon blanc. Fue un gran día para empezar la primavera.