Directores de hotel

Tribuna

Las cadenas hoteleras, grandes y pequeñas, apuestan decididamente por incorporar restaurantes y cocineros de calidad, conscientes de que una buena oferta gastronómica es un complemento fundamental para su propuesta. Pero en este terreno, como en tantos otros, las personas son fundamentales. La influencia del director, su implicación, es la que suele marcar el nivel gastronómico de un hotel. Mejor aún si esa persona es la máxima autoridad de la cadena.

 

Es el caso de Hugo Rovira, director general para el sur de Europa del grupo Minor, en el que se integran los hoteles NH Collection, que lleva años trabajando para elevar la calidad media en sus establecimientos. O el de Enrique Valero, director general de Abadía Retuerta, que ha hecho una fuerte apuesta por la gastronomía en el hotel Le Domaine, enclavado en los terrenos de la bodega. Pero, aunque parezca mentira, es mucho mayor la influencia del director de cada establecimiento. Resulta curioso que en hoteles de una misma cadena la oferta sea tan dispar. Ahí emerge esa figura del director. Que le guste la gastronomía y que apueste de manera decidida por ella.

 

El ejemplo más claro lo acabo de tener estos días en Costa Adeje, en el sur de Tenerife. Una zona, por cierto, cuya oferta gastronómica es cada vez más amplia y satisfactoria, con nada menos que siete restaurantes con estrellas en un radio de pocos kilómetros. No es casualidad que todos ellos estén en hoteles. Tres se concentran en un mismo alojamiento, el Royal Hideaway Corales Resort, fruto del empeño y del trabajo de su director, el gallego Fernando Turnes, y de su equipo, especialmente el director de alimentos y bebidas, Víctor Caride. Dos estrellas en El Rincón de Juan Carlos, una en San Hô y otra, recién estrenada, en Il Bocconcino. Añadan otros dos restaurantes sin estrella pero con nivel: Starfish, centrado en verduras y pescados canarios de calidad, y La Trattoría, un italiano tradicional con pasta muy digna.

 

No hay en España ningún hotel que reúna esta oferta. En Europa creo que sólo el parisino George V alberga tres restaurantes con estrellas, el triestrellado Le Cinc más L’Orangerie y Le George con una. Cierto que no todos los directores tienen posibilidad de desarrollar proyectos tan ambiciosos, pero me conformo con que hagan un esfuerzo en otros detalles como ofrecer un desayuno de calidad, otro parámetro importante a la hora de valorar el nivel gastronómico de un hotel.

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