Las siete nuevas estrellas Michelin de la Comunidad Valenciana

Redacción

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La noche de las Estrellas Michelin con sabor valenciano. Un reconocimiento al apogeo de los fogones de la Comunitat sustanciado en seis nuevas entradas en la prestigiosa Guía, luego de una prodigiosa velada que puso a la cocina valenciana en el epicentro del sector a nivel nacional. El doble mérito de los locales distinguidos el pasado martes (Arrels, Lienzo, Atalaya Fierro, Kaido y Peix & Brases) consiste en haber forjado su propia trayectoria al tiempo que trepaban hasta la brillante escala que trazan los Dacosta, Camarena, Moya, Ferruz y compañía. En total, 21 restaurantes lucían a las ocho de la tarde la Estrella; dos horas después, con las nuevas entradas, ese número se acercaba a la treintena pero por el camino se perdieron cuatro: Sents, Oriobianco, Manuel Alonso y Monastrell, además de Sucede. La gastronomía de la Comunitat vuelve a conquistar los paladares de España.

Foto: Irene Marsilla
Foto: Irene Marsilla

Los seis dones que derramaron los inspectores de Michelin sobre otros tantos locales valencianos debe incluirse dentro de la avalancha de primeras estrellas con que el Palau de les Arts saldó la velada. En total, 33 entre España y Portugal. Una lectura valenciana de las novedades que deparó la gala hace bueno aquel dictamen propio de la prensa anglosajona: que las buenas noticias no son noticia. Aunque este principio admite una interpretación adicional: en realidad, que la Comunitat mantenga su botín (esa veintena de locales estrellados que no para de crecer) representa el mejor reconocimiento a los fogones valencianos. En plena época pandémica, mantienen su hegemonía nacional. Ningún cocinero pierde su brillo; tampoco crece el número de distinciones. Quique Dacosta que mantiene sus tres estrellas en Denia y las dos de Valencia por El Poblet, añade otra por su apuesta en el Ritz madrileño, los fogones de Deesa que pilota Ricard Tobella. Mientras, Ricard Camarena, Kiko Molla y Alberto Ferruz pueden presumir de las dos que lucen en sus locales de Valencia, Cocentaina y Jávea… Y así sucesivamente. La ausencia de noticias escondió, en realidad, una de las grandes noticias de la noche.

La otra buena nueva dispone de un perfil común y biografías divergentes. Poco tiene que ver la larga trayectoria que acredita un veterano como Tomás Arribas, que se lleva su Estrella para Denia de la mano de su cocinero José Manuel López, con la precoz irrupción en el firmamento culinario de la jovencísima Vicky Sevilla, la sensación llegada de Sagunto: sin llegar a la treintena de años se convierte en la mujer más joven bendecida por Michelin.

Ambos casos de éxito coinciden sin embargo en un elemento clave: su pasión. El entusiasmo con que defienden sus respectivos locales, un rasgo compartido por los otro tres galardonados. María José Martínez, desde los fogones de Lienzo, aporta como Arrels defensa del producto y apuesta por la creatividad, además de otro valor en alza: la reivindicación de la condición femenina en el firmamento Michelin. Otra mujer, Carito Lourenço, suma otra distinción para Fierro, la casa que defiende junto a Germán Carrizo, un nuevo estandarte de la Guía en la capital, iluminada también por la Estrella para Yoshikazu Yanome: un japonés que brilla en Valencia con su cocina nipona, una rareza que prueba la visión global del palmarés. Y en femenino se declina la mitad de otro premio, que viaja hasta Alcocéber en Castellón y se llevó en la chaquetilla Alejandra Herrador, cómplice junto a su compañero Emanuel Carlucci de la primera estrella para su Atalaya.

«Creemos que la originalidad de la propuesta ha sido clave y ser conceptualmente tan diferentes al resto», reconocía Yoshi nada más conocer la noticia, una felicidad compartida con Joaquín Collado, sumiller de su local. «La Estrella supone una motivación extra para seguir trabajando con confianza cada día», coincidían. Un parecer análogo al que ofrecían otros premiados, como Germán Carrizo y Carito Lourenço. «Seguiremos trabajando por igual, haciendo lo justo para mantener la excelencia», afirmaron. «La Estrella llega cuando llega», añadían los responsables de Fierro. Una emoción controlada, la satisfacción de haber alcanzado un sueño, que distinguía las primeras declaraciones de Vicky Sevilla. «Todavía estoy en shock», confesaba. Y agregaba: «A efectos prácticos, Michelin nos permitirá atraer más turismo nacional e internacional». Y en medio de tanta emoción, una promesa de la nueva estrella de Sagunto: «No voy a tener 14 camareros, no pienso cobrar 100 euros».

Sus palabras servían para abrochar una noche inolvidable, mientras jóvenes y veteranos cocineros valencianos se enfundaban sus merecidas chaquetillas: a ninguno le viene grande.

Texto: J. Alacid y A. Ortuño (Publicado en Las Provincias)