Cuenta la leyenda que, a finales del s. XIX, en Valls, un agricultor decidió quemar todas las cebollas viejas que tenía pero, en vez de tirarlas, decidió comerse su interior. ¿Podéis imaginar la cara de sorpresa que se le quedó al ver que esas cebollas viejas habían adquirido un sabor dulzón y un toque de brasa? Fue entonces cuando nacieron los calçots, convirtiendo el mero hecho de comer unas cebollas en “algo más”, en un evento social, en una excusa para reunir amigos, amigas y familiares alrededor de una mesa y disfrutar de su compañía. Es por eso que, humildemente, les rendimos homenaje.
Preparación: 1h
Cocción: 50m
Receta para 4 personas
Huevo escalfado
4u de huevos
0.5 l. de agua
0.001 litros de vinagre blanco
Poner el agua a hervir. Añadir el vinagre.
Bajar la temperatura, cocer los huevos escalfados.
Consomé de calçots
1 Kg de calçots
0.01 litros de vino blanco
1 litros de caldo de pollo
0.01 litros de vino tinto
0.01 litros de aceite de oliva
0.01 litros de clara pasteurizada
Cortar los calçots a trozos pequeños. Rehogar en blanco. Añadir el vino blanco y el tinto. Dejar reducir. Mojar con el caldo de pollo. Colar y reservar.
Montar las claras y clarificar el caldo de calçots.
Tempura de queso Comté
0.01 litros de vodka
0.002 Kg de bicarbonato
0.1 Kg de harina de arroz
0.1 Kg de harina
0.001 Kg de sal
0.03 Kg de azúcar
0.1 litros de agua con gas
0.3Kg de queso Comté
Mezclar todos los ingredientes líquidos. Seguidamente, los sólidos. Finalmente, el queso. Reservar.
Decoración y acabado
1u de germinados
En un plato hondo, disponer el huevo escalfado. Servir el consomé. Colocar la tempura de queso. Finalizar con los germinados.