COL / PATATA / SETAS / PANCETA
El trinxat de la Cerdanya es un plato tradicional de los Pirineos catalanes; pero hoy en día es una receta presente en muchos restaurantes durante la temporada de la col.
Casualmente, la receta anterior realizada por Víctor Oller también era una versión del trinxat; pero creo que es buena la coincidencia para poder ver la cantidad de posibilidades que pueden surgir de una receta tradicional.
En esta ocasión realizaremos un trinxat de setas.
Poner a hervir la patata (Red Pontiac es la variedad que vamos a utilizar) y la col en abundante agua con sal. Dejar cocer hasta que la patata empiece a deshacerse. Por otro lado, vamos a saltear las setas -trompetas de la muerte y camagrocs también conocidos como trompetas amarillas o rebozuelos. Elaborar un aceite de ajo sofriendo ajo laminado en aceite de oliva hasta que aquel empiece a dorar.
Escurrir la patata y la col; con la ayuda de una espátula, chafar hasta conseguir que se trinche y se mezcle bien; añadir las setas salteadas y el aceite de ajo; rectificar de sal.
Coger una sartén antiadherente y, con un pizca de aceite, cocinar el trinxat como si de una tortilla se tratara hasta conseguir que quede un poco dorada. Una vez en el plato, pondremos por encima láminas muy finas de tocino ibérico salado y acabaremos con los brotes más tiernos de los espigalls (parte de una col típica catalana) previamente escaldados.
Hay gran variedad de recetas sobre esta elaboración; pero a mi parecer un trinxat tradicional debe llevar espigalls de col. Hay gente que sólo lo hace con col, otros sólo con espigalls: para mi debe ser a partes iguales, ya que la col da más melosidad. En esta ocasión no utilizaremos esta última por un tema cromático.
VINO RECOMENDADO: Ochoa Rosado de Lágrima 2012 de Bodegas Ochoa
Ya empiezan a salir al mercado los nuevos rosados Navarra con toda su frescura y golosidad. Con ellos, el vino que hoy recomendamos, el Rosado de Lágrima de Bodegas Ochoa. Esta emblemática bodega hunde sus raíces en la misma historia de Navarra, con el primer testimonio escrito de su existencia allá por 1845. Su origen contemporáneo hay que situarlo, no obstante, en 1985, año en el que Javier Ochoa dio carta de identidad a la actual sociedad anónima. Desde entonces, se ha hecho más realidad que nunca la máxima que siempre ha guiado los destinos de la firma: la calidad nace en la viña. En la actualidad el testigo ha sido recogido por su hija Adriana Ochoa, también enóloga y se ha incorporado su hermana Beatriz al frente del márketing y de las ventas.
Uno de sus vinos ejemplares es este rosado elaborado con las variedades Garnacha y Cabernet Sauvignon. El vino rosado de la Denominación de Origen Navarra es uno de sus buques insignia. Su calidad no ha hecho más que mejorar, siendo su elaboración cada vez más esmerada.
La Garnacha, sola o acompañada de Tempranillo y Cabernet Sauvignon, por el selecto sistema de sangrado de mostos, da lugar a vinos de sugerente color, de rico aroma afrutado (fresitas del monte, frambuesas, granada,…) y fresco paladar. Deben consumirse dentro del año siguiente a su elaboración y acompañan muy bien los entrantes (arroces, pastas), siendo en verano compañeros imprescindibles.
En esta ocasión, nos decantamos por un vino rosado ya que acompañará tanto a la parte “verde” de la receta como al resto de los elementos: panceta… Así para armonizar con la col y respetar el sabor de las setas, el rosado se presenta como acompañante indiscutible. Además, reducirá la sensación grasa de la panceta y no se impondrá a ninguno de los productos que se utilizan en este plato.