El Baqueano abre sus puertas en Salta

El nuevo local, instalado en el Cerro San Bernardo, Se presenta como restaurante escuela, con huerto propio, un salón de eventos y una biblioteca gastronómica pública.

Redacción

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El restaurante El Baqueano de Gabriela Lafuente y Fernando Rivarola, es ya la principal referencia de la cocina de Salta y su capital, Ciudad de Salta, donde acaba de abrir sus puertas, con el primer servicio, ofrecido el 1 de abril. El restaurante credo por Gabriela Lafuente y Fernando Rivarola fue hasta la pandemia una de las principales referencias gastronómicas de Buenos Aires. El cambio se produjo una vez consolidado Trashumante -la alternativa de cocina de cercanía que crearon durante la pandemia- en el local de San Telmo que ocupó El Baqueano desde su fundación, en el año 2008. La segunda marca ya es una realidad sólida y la marcha de Buenos Aires abrió nuevas perspectivas con la inauguración del nuevo espacio. El Baqueano de Salta queda como el único titular de la marca.

 

Es el resultado de una historia que arrancó un par de años antes de la pandemia, con la convocatoria de una licitación por el gobierno provincial. Rivarola y Lafuente presentaron un proyecto integral estructurado alrededor de un restaurante escuela. La propuesta incorporaba el proyecto Milpa, una iniciativa de medio recorrido concentrada en el mapeo de productos y productores de la región. En ese marco, se proponen trabajar con áreas de producción de la ciudad que brindarán apoyo para dar visibilidad y aumentar el nivel de exposición de pequeños productores de la región. Será el eje de una iniciativa que planea revitalizar el Noroeste Argentino (NOA), al mismo tiempo que hará las veces de departamento I+D para el restaurante.

 

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El Baqueano NOA será un restaurante escuela.

El local se levanta en la cima del Cerro San Bernardo, un área verde que domina la ciudad y marca la vida de sus vecinos (espacios de ocio y deportes, teleférico, reservas de aves…) a diez calles del centro. Será un multiespacio con algunas peculiaridades. Se presenta como restaurante escuela, con huerto propio para el aprovechamiento de los productos estacionales, además de un salón de eventos y una biblioteca gastronómica pública, que han bautizado con el nombre de la cocinera Doris Irigoyen. Finalmente, cuenta con un área de comida informal bautizada como Trashumante NOA.

 

El traslado de El Baqueano abre una variante nueva en el escenario dibujado por la alta cocina porteña tras la pandemia, cuyas consecuencias se unen a la profunda crisis económica que vive el país. Unos cerraron definitivamente, como es el caso de Tegui, mientras otros buscan aire fuera del país. Sucede con Mishiguene, que volvió la vista a México, donde está a punto de abrir un nuevo local que tiene muchas probabilidades de acabar siendo la casa madre de la marca. Mientras tanto, El Baqueano cambia de sede en un viaje insólito a provincias.