La sobremesa cobra sentido en Sintonía

Redacción

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Sin doblar turnos y con cocina abierta todo el día, Sintonia es la novedad del Eixample para alargar la sobremesa y disfrutar sin prisa de la cocina del exBulli Pablo Tomás. El nuevo espacio gastronómico divide su carta por conceptos y tiempos de uso, y a mediodía sorprende con un curioso menú. También presenta su visión del menú degustación, en este caso pensado para compartir y al centro de la mesa. La propuesta se completa con un scotch bar, el único de la ciudad con una carta de cocktails exclusivamente elaborados con whisky, que redimensiona el local a partir de media tarde.

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Abrió sus puertas en febrero y ha rodado y perfilado propuesta. Sintonia es un espacio gastronómico situado en el Eixample que nace acompañado de un original scotch bar para que la sobremesa adquiera todo su significado. Porque esa es la idea, aprovechar el tiempo sin mirar el reloj, dejando las prisas en ese coqueto pasaje por el que se llega también a los jardines del Palau Robert.

Libre de cargas, entrarás al nuevo restaurante en sintonía para que el chef Pablo Tomás te haga disfrutar. Tras pasar por elBulli, Arzak o Via Veneto, este aragonés se ha hecho fuerte en Sintonia, donde ha plasmado saberes y sabores en una carta de autor y producto, también adaptada a usos y costumbres sin restricciones. La cocina está abierta de 12:30 a 23:30.

La propuesta cambia por temporada y voluntad de chef, y en ella el producto se impone tras horas de cocina y arroces de montaña, trinxat de kale, salmón ahumado o brazos de gitano ruso -una curiosa ensaladilla rusa envuelta en una patata de causa cocida y chafada y acabada con mayonesa y encurtidos-. Es punto de cocción de patata y juego de encurtidos, es trampantojo. Volver a la base para dar una vuelta.

En la carta de este restaurante también hay sitio para la historia mediante el apartado de clásicos de la gastronomía universal que irán cambiando (bullabesa, carbonara, papillote de merluza, solomillo, parmentier y Café París…), así como para los steaks tartar y las piezas enteras para compartir entre 2, 3 o 4 comensales, finalizando ambas propuestas en mesa y a voluntad del comensal. Es en los steak donde este espacio enfatiza, presentándolos con un continente y unos recipientes creados ad hoc por José Piñeiro y toppings a elección (caviar, ostras, anguila ahumada, huevo frito, mascarpone…) para completar.

La propuesta se completa con una relación de snacks y picoteo (ostras, hummus con sticks de zanahoria, ostras al natural y a la brasa, croquetas de pollo rustido, o berberechos, anchoas 00, gildas y tablas variadas) para cubrir el entre horas, la buena sobremesa. También sirve al propósito de nexo entre ágapes la carta de postres. Cheese cake, cruasán ahumado con crema de leche; mango, coco y pandan, o gianduja, café y toffee. Tomás se reinventa.

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No es un menú degustación. Sí que es un menú de mediodía

Para curiosos, aparece el Menú En Sintonía (39€ con bebida, +12€ maridaje), el degustación de Sintonia pensado para compartir y dirigido al centro de la mesa. Un menú que irá evolucionando siempre con platos de la carta para captar esencia con divertimento, como también se puede hacer a mediodía con su fórmula.

Sin ser un ejecutivo como tal, la Sintonía de Mediodía ofrece un acompañamiento a elegir (hojas verdes, escalibada a la brasa verduras de proximidad, crema o sopa del día o patatas fritas) más todo lo necesario para completar un menú con la elección de un plato cualquiera de la carta. El precio final, añadir 5€ al coste del plato escogido (opciones de 8 a 45€). Es vivir la carta con presteza y agilidad.

Si es el caso, si así lo deseas, seguirás con el equipo de sala comandado por la maitre Patricia Pacho, y podrás fácilmente volver el hambre a media tarde. Tocará dulce. En este restaurante, la sobremesa no se entiende sin bizcocho, o cookies, que irán saliendo en bandeja de camarero a cualquier hora vespertina.

La sobremesa

En este espacio se le otorga importancia a la sobremesa, a disfrutar, a que el tiempo cuente. Lo hace en un rincón clásico traído al s.XXI, con dos zonas divididas por juego de luces como dos espacios en uno para escoger. Por un lado, la sala interior, más tenue; por otro, allá donde impacta la luz natural, la terraza interior descontaminada de ruido y repleta de flores y detalles. Y el llamado invernáculo, la pre-terraza, un espacio ganado a la sala que también bebe del cielo cristal mediante. Tú escoges. Tienes tiempo. Podrás cambiar.

La decoración de todas las estancias cuenta con materiales nobles (mármoles, madera natural, piedra…) y estilo contemporáneo. Solo la tapicería de las sillas rompe una sobriedad cromática que acoge. Ayuda una iluminación dirigida que otorga intimidad, tranquilidad, que crea ambientes para confidencias y sobremesas semi-prohibidas. Las públicas, donde el claro del cielo llega al suelo.

Una carta líquida para todas las horas

Sintonia cuenta con una carta de vinos de 100 referencias eminentemente de pequeños productores, incidiendo en la voluntad gastronómica de confianza. Elaborada por Pacho, en ella cobran especial protagonismo los vinos catalanes, así como los champagne o los espumosos o los vinos por copa. Para el entre horas, la propuesta se diversifica con una selección de vermuts y vinos levantinos, manzanillas o aperitivos de bergamota. Novedades, curiosidades y clásicos, sólidos y líquidos.

Eliges el vino y también eliges el café. Éste, como la carta, es curioso y cambia por temporada, pudiendo ser espresso (de finca) o de filtro, que se infusiona con una Chemex delante del cliente.

El Scotch Bar

El bar anexo al restaurante, al que acudir entre horas o para comidas informales, baja las luces a media tarde y se convierte en un scotch bar único en su especie. Nacido en la mente de Patricia Pacho, sumiller con años de experiencia en el sector, el scotch bar dispone de una larga barra y varias mesas diseminadas, y una carta de cócteles propios y reinventados en los que solo reina el whisky, una bebida, por cierto, que conlleva tranquilidad y disfrute. Son más de 70 referencias (con copas de 7 a 24€) eminentemente escocesas, también con guiños a otras zonas productoras del mundo

También aparecen 12+1 cocktails, siendo el 13 el que cambia por temporada. En su mayor parte artesanos, todos ellos cuentan una historia y buscan aliados en casa, elaborando siropes e ingredientes añadidos. Entre ellos, el Sour Land: “The Liberties”, un whisky sour a base de Tellings Small Batch y sirope de Guiness; el Seaweed Umami, un cocktail de sabor umami de mar trabajado con té matcha mezclado y reducido en cocina, o el Redlegs Tiki, uno refrescante y con piña que explica el periplo de los primeros esclavos blancos (redlegs) vendidos a los cultivadores de azúcar en Barbado.

La carta se completa con una serie de cocktails clásicos a base de whisky versionados con menos alcohol, y con los mocktails, los cocktails sin alcohol pero de creación propia. Todos, unos y otros, llegan a la mesa con su snack correspondiente.