El restaurante 'Tristán' de Mallorca renuncia a su estrella Michelin para reinventarse

Redacción

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El restaurante ‘Tristán’ de Mallorca renuncia a su estrella Michelin para reinventarse 0
El restaurante Tristán se convertirá en Tristán Mar.

Tras 25 años actividad y solo dos meses y medio después de revalidar por un año más su estrella Michelin, el restaurante ‘Tristán’ de Portals (Mallorca) cierra sus puertas. Con esta decisión, el local se reinventa y buscará convertirse en un nuevo espacio gastronómico especializado en cocina marinera, «en un ambiente más informal, desenfadado y abierto».

El restaurante renuncia a la estrella Michelin y según explica en un escueto comunicado, la decisión responde al deseo de ofrecer una cocina «sin las ataduras artísticas y reglamentarias» que exige Michelin. Los propietarios tienen previsto inaugurar el nuevo local -que se llamará Tristán Mar- en primavera y cuya ubicación estará en la terraza que hasta ahora acogía el bistro del restaurante.

Con esta decisión, el restaurante pretende llegar a un público mucho más amplio y que los «conocimientos del chef Gerhard Schwaiger en cocina marítima sean más accesibles en este nuevo local de pescado y marisco». Lejos de la presión que supone tener una estrella Michelin, el chef quiere ahora «cocinar cada día lo que le pide el paladar».

La inauguración de Tristán Mar tendrá lugar a finales de marzo, ofreciendo especialidades de pescado y marisco fresco y de temporada elaborados al método más tradicional, a la plancha.

El Grupo Tristán también ha informado de que el Bistró del Tristán permanecerá en la terraza cubierta durante todo el año (donde anteriormente se ubicaba el restaurante gourmet) y volverá a abrir el 24 de febrero.

El restaurante abrió sus puertas en 1986 y solo un año más tarde obtuvo su primera estrella Michelin. En 1990 fue distinguido con la segunda y a lo largo de los años se ha convertido en punto de encuentro de personalidades y dirigentes. En la actualidad poseía un galardón de la prestigiosa guía francesa.

 

Fuente: «El Mundo», por Hugo Sánez.