Tras haber dado muchos tumbos en el oficio de la hostelería, Dani Carnero, otrora prometedor discípulo de Martín Berasategui, Manolo de la Osa o Ferran Adrià, había superado el afán de conquistar galaxias. Encontró socios de confianza y un local en el centro histórico de Málaga, se puso el delantal y empezó a guisar, sin más aspiraciones que “dar bien de comer y tener la vida resuelta”.
Los planes no salieron exactamente según lo previsto, porque aquel ‘guisobar’ acogedor, modernamente rústico y con la barra llena de lemas como “estos son los platos de hoy, los de mañana no sabemos” —o el que sigue siendo su grito de guerra hoy, “guisa que te guisa María Luisa” —, terminó convirtiéndose en refugio de quienes buscaban divertirse comiendo gloria bendita en Málaga; fueran malagueños anónimos o cocineros ‘top’; el último, Albert Adrià, que estuvo comiendo allí poco antes de que Dani y sus socios aceptaran una buena oferta por el negocio.
Hoy, Dani Carnero ha anunciado el cierre de La Cosmopolita, y aunque sus fieles saben que podrán encontrar esa cocina franca, artesana y con voz propia que lo sitúa entre los grandes del oficio en este país, en Kaleja (*Michelin) y La Cosmo, será inevitable que quede un agujerito de nostalgia en muchos corazones y paladares. “Yo también llevo semanas con una cierta sensación de duelo, pero lo cierto es que La Cosmopolita, que me ha dado muchísimo, ha cubierto su etapa. Llevo seis años centrado en Kaleja y La Cosmo, que están al lado el uno del otro, y entre otras dificultades, estar presente en La Cosmopolita resultaba más complicado ahora”, comenta.

Quienes toman el relevo en el local de La Cosmopolita son los malagueños Fernando Martínez y Javier Frutos, dos restauradores con larga experiencia y compromiso con la ciudad. “Obviamente, ni vamos a mantener el nombre ni vamos a intentar hacer La Cosmopolita sin Dani Carnero, pero sí queremos honrar su memoria con un estilo de cocina tradicional y de producto pensada para el público malagueño, y rendir homenaje a algún plato mítico de La Cosmopolita, siempre que podamos sacarlos con la calidad que merecen”, explica.
Se da la circunstancia de que Javier Frutos, quien además es presidente de los hosteleros andaluces y malagueños, ya ha rescatado otros locales de peso en la intrahistoria del centro histórico de Málaga. Hace unos años transformó Gorki, el primer bar de vinos moderno de la ciudad y una revolución gastronómica en el centro histórico de Málaga de los años noventa, en Ultramarinos Benjamín, casa de comidas que recoge parte de la oferta de charcutería y lateo que hizo famoso el local anterior. “Le daremos todo el cariño posible a la antigua Cosmopolita”, dice Frutos. Dani Carnero tampoco descarta rescatar de alguna forma en La Cosmo platos memorables de La Cosmopolita como la ensaladilla rusa, el tuétano con tartar de quisquillas, la tortilla de txangurro, etc.