Chema Magro: “Sin la mano del apicultor las abejas podrían desaparecer”

Desde hace unas semanas, Catalunya sufre una oleada de robos a empresas relacionadas con el sector apícola. La última en sufrirlo ha sido Can Parcala donde personas con diversidad funcional cumplen una labor pedagógica, de cuidado de las abejas y de producción de miel.

Chema Magro es apicultor, responsable e ideólogo de la filosofía de Can Parcala, la primera aula apícola que trabaja con personas con diversidad funcional. Un centro único en España y posiblemente en Europa, del que no se han encontrado referentes. La labor pedagógica, el cuidado de las abejas (un valor poco apreciado, pero con una función medioambiental esencial para la vida de muchas especies) y la producción de miel son los ejes sobre los que se sustenta este proyecto social.  Can Parcala, gestionado a través de la Fundación Maresme, trabaja con la abeja negra autóctona de Catalunya y se ha convertido en uno de los referentes catalanes por su labor.

 

Estos últimos días ha sido noticia por ser una de las empresas del ámbito apícola que ha sufrido un robo. Can Parcala se encuentra en la comarca catalana del Maresme, donde parece que este tipo de asaltos se están poniendo de moda. ¿La razón? Algunas voces del sector apuntan que puede ser debido a la grave crisis que está sufriendo el mundo apícola. Hablamos con ellos de su proyecto y del suceso.

El equipo de cuidadores de la miel de Can Parcala
El equipo de cuidadores de la miel de Can Parcala

¿Cómo nace la idea de abrir este centro?

 

“La idea nació hace 11 años cuando los propietarios de la finca la cedieron para que la Fundación Maresme, entidad de iniciativa social, desarrollara diversas actividades. Una vez allí se dieron cuenta de que el terreno albergaba algunas colmenas abandonadas y nos llamaron -soy apicultor profesional desde hace más de 30 años- para ver si las podíamos retirar ya que la Fundación trabajaba con personas con diversas capacidades y podía ser peligroso”.

 

“Cuando llegué a la finca me di cuenta de que todo aquello era precioso y que se podía compartir. Empecé cuidando de las abejas de forma voluntaria y a relacionarme con las personas que integraban la fundación. A medida que iba pasando el tiempo, nos dimos cuenta de que todo aquello les gustaba y que las personas que podían sufrir un trastorno de conducta o síndrome de Down estaban funcionando muy bien con el tema de las abejas. A partir de ahí, empezamos a desarrollar el proyecto del Aula Apícola

 

“El volumen de las colmenas aumentó hasta llegar a gestionar 180”.

Miel de Can Parcala
Miel de Can Parcala

¿Cuál es vuestra función?

 

“Nuestra principal función no es la explotación de la abeja en sí, aunque producimos y comercializamos miel. Nosotros buscábamos un proyecto sostenible económicamente, pero sin tener que utilizar la miel como recurso comercial. La Aula Apícola es una escuela donde los niños y niñas de la comarca del Maresme aprenden la fragilidad de este ecosistema y les acercamos al mundo de la discapacidad a través de la abeja negra catalana”.

 

“Nuestro proyecto ha ido evolucionando de tal manera que ahora mismo tenemos nuestra agenda toda ocupada de lunes a viernes. No solo para el curso 2023 sino también el 2024. De hecho, la gente ya nos está reservando para 2025. Para nosotros ha sido un éxito. Y no solo nos vienen de nuestra comarca, el Maresme, sino de toda Catalunya”.

Obrador de miel de Can Parcala
Obrador de miel de Can Parcala

Sois los únicos que ejercéis esta labor…

 

“Por ahora, no hemos encontrado un referente con las mismas características… Sí que, en Alemania, existe un apicultor que trabaja con niños autistas, pero no con la diversidad que nosotros… De España seguro, pero del resto de Europa necesitaríamos un estudio muy exhaustivo, aunque es cierto que continuamente estamos haciendo búsquedas y no hemos encontrado nada”.

 

“De hecho, hace poco hablaba con Fina Gonell, una de las grandes consultoras apícolas de España, y le pregunté eso mismo… Me contestó que no tenía referencias y que ‘habíamos inventado algo que no existía’. Y eso es lo que nos da fuerza para decir que somos, sino la única, de las pocas iniciativas que existen con estas características… En Catalunya podríamos afirmar que somos los únicos, y de España también, del resto ya es más difícil… Europa es muy grande…”

 

Vuestro equipo de trabajo está formado por personas con diversidad funcional.

 

“Sí, ellos reciben a los niños de las escuelas, les explican, los acompañan, los ayudan o les dan apoyo si tienen miedo…. Y predican con el ejemplo porque son los que trabajan con las abejas, los que levantan los cuadros sin guantes… Y también cuidan de ellas”.

Grupo de cuidadores de miel
Grupo de cuidadores de miel

Trabajáis con la abeja negra, autóctona de Catalunya, ¿en qué se diferencia del resto?

 

“Es un linaje único en el mundo… tiene una resistencia o rusticidad a las características de este territorio -humedad, oscilaciones térmicas, enfermedades…- mayor que otras”.

 

Hace días sufristeis un robo

 

“Sí, un miércoles por la mañana al llegar a la masía vimos que habían roto las puertas y habían entrado… Se han llevado el stock de tarros de miel etiquetados, la miel a granel que estábamos empezando a sacar, las herramientas forestales, piezas de valor de la masía, la caja fuerte…”

 

“El robo ha sido muy duro para nosotros, sobre todo a nivel emocional… Ha sido un asalto a nuestra intimidad… También decir que en estos días hemos visto la peor y más despiadada cara de la sociedad, pero también la más solidaria y mejor porque hemos recibido muchos mensajes de ánimo e incluso donativos. Y con ello tenemos la sensación de que Can Parcala va más allá de que nos entren a robar porque hay mucha gente que se ha sentido como si les hubiesen robados a ellos mismos. Hemos recibido muchos mensajes y nos gustaría agradecer todo el apoyo”.

La miel es producida por la abeja negra autóctona
La miel es producida por la abeja negra autóctona

Y no sois los únicos, ya se habla de una oleada de robos en el ámbito apícola… Hace un par de semanas a un productor de Dosrius le sustrajeron 60 colmenas, y unos ladrones se llevaron 300 kilos de miel de una granja de Santa Coloma de Farners

 

“Sí, en nuestra comarca no había precedentes de ese tipo de robos… En otras regiones donde hay mucha más cultura apícola se habían dado casos de robos a colmenas u obradores de miel, pero en 30 años que llevo trabajando con las abejas no se había dado ningún caso así en nuestra comarca… Y más en tan poco tiempo…”

 

“En el sector no sabemos exactamente qué está sucediendo, pero pensamos que puede estar relacionado con la grave situación en la que se encuentran las abejas actualmente”.

 

Explícame eso…

 

“Las abejas, ahora mismo, están en grave peligro y sobre todo en nuestra zona. A las enfermedades habituales se le ha sumado, desde hace unos cinco años, la aparición de la avispa asiática que está haciendo estragos. Está matando abejas de una manera… hablamos de pérdidas de colmenas en un 60-70% de un año a otro… Esto redunda en una necesidad de abeja… Y por ahí, quizás hay un vínculo… porque nunca habíamos tenido tanta necesidad de abeja desde los años 70 cuando los DDT… La situación de crisis en la que está ahora mismo la apicultura local no tiene precedentes”.

Uno de los cuidadores de abejas de Can Parcala
Uno de los cuidadores de abejas de Can Parcala

¿Ocurre en otras partes de España?

 

“Sí, sobre todo en la parte norte. País Vasco, Cantabria, Asturias… hasta Galicia… son zonas en las que también ha habido un fuerte impacto de la avispa asiática”.

 

“Nosotros, ahora mismo, nos estamos viendo muy perjudicados y sin ayudas para poder tirar para adelante. La sequía también juega un papel importante…. Entre la avispa y la sequía la situación es dramática…”

 

¿Y cómo se combate?

 

“Controlándola. Retirando sus nidos y, nosotros como apicultores, defendiendo nuestros colmenares con dispositivos. Lo que ocurre es que esos dispositivos están en una fase en la que no somos capaces de mantener un control correcto. Los métodos de defensa contra la avispa asiática no están lo suficientemente desarrollados para poder tener asegurado tu colmenar. La avispa cuando no te mata las abejas, te deja floja la colmena, así que no arranca con fuerza, las abejas no trabajan igual, ya no almacenan tanta miel…”

 

“La abeja salvaje, la que vive en libertad, la polinizadora, está desapareciendo. Y el indicador te lo puedo decir yo mismo. Si antes nos llamaban para recoger los enjambres de los núcleos urbanos y teníamos unos 60 o 70 servicios en la temporada; este año, que deberíamos llevar del orden de 40 o 50, hemos hecho 2 servicios. Y cuando antes recogíamos enjambres de un kg o kg y medio, ahora son de 300 o 400 gramos. Y eso es muy preocupante”.

 

“Si quedan abejas es porque hay personas que trabajan con ellas, que cuidan de mantener y multiplicar las colmenas, de comprar…. Porque ya te digo que la que vive en el monte está seriamente amenazada”.