Homenaje a Juli Soler, la leyenda

Cuatro días y cuatro años después del 9 de julio de 2015, día en el que  dejó de fumar y entró en la leyenda, Juli Soler, alma d’elBulli, socio de Ferran Adrià, recibió un homenaje organizado por El Celler de Can Roca, la Càtedra de Gastronomia, Cultura i Turisme Calonge-Sant Antoni y la Universitat de Girona. En el homenaje a Juli Soler el otro protagonista fue el vino. Por eso se subtituló «Un cop de cor a la Borgonya (Una corazonada en la Borgoña)» 

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Vaya por delante: fue el mejor homenaje a Juli Soler que vi el 9 de julio de 2019. No solo hubo llenazo en la sala Josep Irla, de la sede de la Generalitat en Girona, en el Antiguo Hospital de Santa Caterina, sino que muchos quedaron fuera y lo tuvieron que seguir en streaming.

Fue un acto emocionante, porque reunió, no solo los amigos del Juli, sino a mucha gente que no lo conoció y, sin embargo, como el alcalde de Calonge, jefe de sala de profesión, confesó sentirse influido por su legado. Fue una gran concentración del mundillo del vino y la gastronomía, productores, sumilleres, sala, bodegueros, enólogos, cocineros, representantes de escuelas de hostelería y turismo. Al frente, la familia Bulli, encabezados por Marta Sala, Rita y Pancho Soler, Lluís Garcia, Agustí Peris, Francesc GuillaMet, Mateu Casañas, Eduard Bosc

Algunos no pudieron venir porque tenían servicio y no podían abandonar su restaurante; otros, como Paco Pérez y Rafa Peña, pudieron estar.

También me pareció observar los grupies incondicionales de Pitu Roca, quien dirigió el acto a su manera. Pidió un minuto de silencio y enseguida dejó claro por qué este homenaje pensado por él, en tanto que presidente Honorífico de la Càtedra de Gastronomia, Cultura i Turisme Calonge i Sant Antoni-Universitat de Girona: «Juli es leyenda desde hace cuatro días y cuatro años. Aprendimos de él y fue maestro.»

El primer acto dedicado al vino organizado por Pitu Roca en la cátedra tenía un cartel extraordinario: Ferran Centelles,  sumiller de elBulli y actualmente del equipo de ElBullifoundation; Mounir Souma, del Domaine Lucien LeMoine, en Beaune, en la Borgoña que el franciscano de Girona Francesc Eiximenis ya ensalzaba en el siglo XIV; Carlos Orta, del Restaurant VillaMás, de la Platja de Sant Pol, de Sant Feliu de Guíxols, uno de los principales expertos del Borgoña fuera de Francia (o de Borgoña, para ser más precisos); Laurent Brelin, del  Bistrôt La Dilettante, de Beaune, sabio bourguignon, y Delfí Sanahuja, enólogo de las Caves Castell de Peralada. 

Tras charlar con enólogas, bodegueras y sumilleres, profesoras de hostelería, etc, me percaté que solo las dos representantes de la universidad eran mujeres: las doctoras Dolors Vidal Casellas, directora de la cátedra, y Silvia Llach, vice-rectora de la UdG.

Comenzó Fredi Centelles, quien tuvo la relación más cercana com Juli y el que contó más intimidades de la personalidad del personaje: «Juli era un personaje carismático, con un gran sentido del humor. Hacía siempre la misma broma y no se hacía pesado. También tenía una santa paciencia, a pesar de ser tan hiperactivo. Era generoso y un antiestrés, aportando diversión y tranquilidad en la vorágine del Bulli.» 

Centelles reveló que Juli era el único que podía discutir con Ferran; «solía pasar a la hora de comer del equipo. Comíamos siempre en familia. Algún día pasaba algo. Arrancaba la lucha de titanes». Contó unas cuantas anécdotas que contribuyen a contar la personalidad de la leyenda: «Conducía a 200 con la música a toda pastilla; Juli iba siempre al mismo hotel para poder jugar al billar. A Juli no le gustaba perder.»

Y destacó una curiosidad sorprendente: «Juli me enseñó qué se debía hacer y no en sala. Era un transgresor en todo y en sala, pero era un clásico en vinos. Le gustaban el Pata de Gallina, Oloroso de Jerez; el  Champagne Gosset, y el Corton Vergennes».

Perecisamente, Mounir Souma, especialista en pulir Borgoñas, destacó que a Juli le encantaban los retos difíciles. Piensa que la Borgoña es compleja como Juli Soler.

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Carlos Orta, el mejor embajador de Borgoña en el mundo, según Pitu Roca, conoció a Juli en la propia Borgoña; recordó que ellos dos eran los dos únicos invitados españoles a la mítica subasta de los Hospices de Beaune. «Ya que coincidía con el congreso de San Sebastián, nunca podía acabar la fiesta, ya que a las cuatro cogía el coche para llegar al Gastronomika.»

Laurent Brelin, del Bistrôt La Dilettante, de Beaune, describió Juli   como un personaje en el que todo era «generosidad, amor y pasión», y un embajador de Borgoña.

El futuro de la DO Empordà

Tras la Bourgogne bajamos a la DO Empordà, la comarca d’elBulli. Delfí Sanahuja la definió como una zona compleja, ya que tiene 20 variedades autorizadas, lo que dificulta ser definido por la uva. Sin embargo, Josep Roca volvió a invocar a Francesc Eiximenis, que alababa la monastrell del Empordà, una variedad, que según Sanahuja, irá en aumento por el cambio climático, ya que resiste el calor y no tiene unas grandes necesidades hídricas. Sanahuja explicó que diferenciaría los vinos por la edafología del viñedo y defendió los coupages de vinos de la misma variedad, pero de suelos distintos, mientras que Pitu dijo que lo haría por municipios, como en Borgoña.

Para Sanahuja la denominación de origen Empordà tiene más posibilidades que Priorat. Centelles valoró el cambio de los vinos ampurdaneses: «En 2000 la oferta era muy limitada. En 2011 ya habían pasado muchas cosas. Al final ya era de las botellas más vendidas en el elBulli.» Para Carlos Orta, lo que falta es «chauvinisme, creer en lo tuyo, como los franceses e italianos».

El vino de la bota de Juli Soler, by @Vadorgarbos
El vino de la bota de Juli Soler, by @Vadorgarbos

En el colofón, Pitu dijo que ya hay gente que se lo comienza a creer. Ya que los protagonistas fueron los Borgoña y Juli Soler, al final del acto catamos el Grand Cru Corton Vergennes 2016, el de «La bota de Juli Soler» que Josep Roca, compró con Laurent Brelin, Carlos Orta y Quim Vila. Un Chardonnay que Juli solía compartir en elBulli. 

Y lo disfrutamos. ¡Salud, Juli! No había cobertura, sonaron los Stones y nadie cuenta los chistes malos como Juli Soler.