Parece que poco a poco se van diluyendo las dudas sobre si la cocina es o no una corriente artística. Primero fue Ferran Adrià, que situó a El Bulli como un pabellón más de la más importante feria de arte del mundo, la Documenta de Kassel. Y ahora es el gran Juan Mari Arzak, uno de los padres de la nueva cocina basca, ganando una de las 25 Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes que concede anualmente el Consejo de Ministros a propuesta del Ministerio de Cultura. Ya se le había concedido el Gran Premio del Arte de la Cocina y el Festival de Cine de San Sebastián lo confirmaba, hace cuatro años, cuando hizo posible maridar la gastronomía con el séptimo arte. Y no son los únicos ejemplos, ya que la cocina ha ido adentrándose en el arte des de muchos frentes.
El Ministerio de Cultura ha distinguido al veterano cocinero donostiarra por «hacer suyo el reto de crear una nueva cocina española que atravesase las fronteras y adquiriese renombre mundial, con la cocina vasca tradicional como base y con la influencia de grandes maestros como el francés Paul Bocusse». Su restaurante, Arzak, cuenta con tres estrellas Michelín además de numerosas distinciones en todas las guías, y el ha obtenido muchos méritos y reconocimientos personales, a los que al año pasado se sumó el de Vasco Universal.