Madrid, un no parar

Tribuna

Ritmo frenético de aperturas en Madrid en esta primera mitad de 2022. Ya veremos que ocurre después del verano. Pero por el momento, las inauguraciones de restaurantes se suceden sin que sea posible abarcarlo todo. Pero como hay más mediocridad que brillantez, lo cierto es que el número de novedades con verdadero interés gastronómico es reducido. El más destacado, con diferencia, es ese Ravioxo de Dabiz Muñoz del que les di cumplida cuenta en esta página a los pocos días de su puesta en marcha. La visión nueva y radical del mundo de la pasta que aporta el madrileño marca nuevos caminos.

 

Además de Ravioxo, las mejores aperturas, en buena parte, corresponden a cocinas foráneas que parecen vivir un momento dulce. Japoneses y mexicanos figuran entre lo más interesante que he podido probar en estos meses. De los nipones, dos nuevas casas refuerzan e incrementan el altísimo nivel que ya tiene Madrid. Una es Zuara, de David Arauz, uno de los mejores sushiman españoles (sus niguiris juegan en otra división), que ha montado una exclusiva barra para doce comensales a los que ofrece un menú omakase de categoría con precios en consonancia. La segunda, de facturas más asequibles, es Ikigai Velázquez. Tras el éxito de su primer restaurante, el joven Yong Wu Nagahira, nacido en París y de origen japonés, ha dado el salto al barrio de Salamanca con su peculiar fusión japo-hispana.

De México ha llegado Enrique Olvera (su restaurante Pujol, en la capital mexicana, es noveno en la lista 50 Best), para abrir Jerónimo en un céntrico hotel. Interesantes propuestas de platos de allá con productos de aquí y abrumadora oferta de mezcales. De México también procede Pedro Evia, que tiene varios restaurantes en Yucatán y que en Q78 apuesta por dar a conocer la gastronomía yucateca. Menos habitual es que entre las novedades destacables aparezca un restaurante indio. Pero es que Namak, de Nadeem Siraj, bien conocido en Madrid por su Tandoori Station, aporta una visión muy refinada de esa cocina.

 

Junto a estos foráneos, dos españoles me han gustado especialmente. Mar Mía, que reúne a tres pesos pesados, Carlos Bosch (El Portal, en Alicante), Rafa Zafra (Estimar) y los arroces de Casa Elías. El otro, que abrió la semana pasada, es El Lince, la casa de comidas de un Javi Estévez que sigue triunfando con su apuesta por la casquería en La Tasquería.

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