Restaurantes para recorrer el mundo musulmán

Seis propuestas gastronómicas para degustar las especialidades culinarias del mundo musulmán.

Redacción

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El pasado 23 de marzo, la Comisión Islámica de España (CIE) anunció el primer día del Ramadán. Desde entonces y durante un mes, el mundo musulmán -más de dos millones en nuestro país- celebra este periodo sagrado de ayuno y oración en el que solo se puede comer y beber desde la puesta de sol hasta el amanecer.

 

Durante este mes, las familias musulmanas se reúnen por la noche en torno a la mesa, donde se sirven abundantes banquetes para recuperar fuerzas después del día de ayuno. El iftar rompe ese ayuno y el sahoor se toma por la mañana, antes del amanecer. Suelen ser preparaciones energéticas, nutritivas, donde los dátiles, las legumbres, la carne, las especias y panes locales cobran un especial protagonismo. Salvo las tradiciones culinarias comunes, cada uno de los países musulmanes tiene sus propias especialidades. La harira, el tajin o los dulces son propios de Marruecos; la shorba o el Kibbe de Oriente Medio; el kolak o beduk de Indonesia y las samosas de India y Pakistán, por citar solo algunos.

Una de las especialidades del Karakala
Una de las especialidades del Karakala

Conocer las recetas de estos países es acercarnos a su cultura, tradiciones, costumbres y raíces; entender su historia y su pueblo.

 

En Barcelona, se pueden degustar estas recetas en restaurantes especializados en este tipo de cocina como en Mazah (Gran Via de les Corts Catalanes, 618). El chef Khaled Kheir basa su propuesta gastronómica en el recetario tradicional libanés. “Es una cocina rica en sabores y matices donde se combina verduras y frutas frescas con carnes y pescados cocinados al horno y a la barbacoa”, explican desde el restaurante. Aquí encontrarás elaboraciones autóctonas: ouzi, kebbe bel labban, sanke harra, boftek, arayes, sojoh, reyah, othmaleya o zaatar. Entre los platos recomendados el fattheh con hummus (garbanzos cocidos acompañados de yogurt y pan libanés  tostados con piñones y un toque especial), el ras Asfour (un guiso de carne con melaza de granada o cereza, ajo, limón y piñones) o el kebbe, cuyo relleno es de carne.

Propuesta libanesa en Mazah
Propuesta libanesa en Mazah. Foto: Mazah

Karakala (Torrent de l’Olla, 136), liderado por el chef Imad El Haddad, es otra de las opciones de cocina libanesa. Su falafel quedó segundo en el concurso que lanzó la revista Cuina para saber cuál era el plato favorito de los catalanes. En este espacio se puede degustar, además, el Arak, un licor típico de la zona de Siria, Líbano o Palestina.

 

Silan (Enric Granados, 38) es un local que define su cocina como “de Oriente Medio fusión con Mediterránea”. Los habituales hablan de platos como el falafel, el pan, el mutabal y el baigel Jerusalén.

 

El restaurante Árabe Halal Marrakech (Béjar, 87) ofrece una cocina casera típica árabe. La elaboración de las recetas se realiza con productos ecológicos y respetan los usos y costumbres de la comida Halal. Entre los clásicos: zaàluk (ensalada típica marroquí a base de berenjenas); el tabulé con verdura, la harira (con fideos, legumbres y verduras), diferentes tipos de bastela o los tajin.

Cuscús de Árabe Halal Marrakech
Cuscús de Árabe Halal Marrakech

Volubis (Tamarit, 151) es un local de cocina árabe mediterránea (especializada en Marruecos y Líbano), establecido en Barcelona desde hace más de diez años. Entre las especialidades autóctonas marroquís está la pastela ( base de hojaldre rellena de pollo desmenuzado, cebolla, almendras azucaradas, con un toque de azúcar glas y canela) o  el seffa (pollo bajo una pirámide de fideos al vapor con pasas y almendras). De la libanesa, el shawarma (láminas de carne de cordero asadas) o el kafta (carne de ternera picada a la plancha).

 

El Rincón Persa (Floridablanca, 85) es un restaurante familiar que ofrece en su carta platos iranís desde hace dos décadas. “Durante todos estos años en Barcelona, nos sentimos orgullosos y agradecidos por haber mantenido nuestras raíces vivas y acercar una parte de nuestra cultura a un público que la ha acogido siempre con los brazos abiertos. Nos sentimos embajadores de nuestra herencia”, afirman desde el restaurante. Para esta familia la cocina iraní es equilibrada y sin excesos, “ningún ingrediente se echa en falta, ni tampoco se sobrecarga con ningún sabor. Se trata de una cocina sugerente y atractiva, con sabores y aromas suaves pero característicos”. Ofrecen recetas tradicionales como el dolmeh (hojas de parra, arroz, hierbas aromáticas y especias); el kufteh (bolas de carne con lappeh, zereshk y hierbas aromáticas en salsa), el shorba (sopa de lentejas) o diferentes tipos de kebabs.