La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) ha reclamado el derecho a usar en la comunidad autónoma el término ‘chacolí’ para denominar a los vinos elaborados en la costa cántabra. El territorio vecino se suma de ese modo al frente que ha abierto la Diputación de Burgos con el fin de poder utilizar la misma denominación que otorgan los consejos reguladores en Euskadi. El Gobierno Vasco ha anunciado que va realizar una inspección para detectar la posible presencia en el mercado de botellas de estos caldos procedentes de Burgos, Cantabria e, incluso, de Francia, una comercialización «sancionable».
Según los datos que maneja la agrupación ADIC, «la tradición histórica de la producción vinícola y la regulación de su uso en Cantabria está documentada desde al menos el siglo XIII». Apuntan que se utilizaba el término ‘chacolí’ para denominar el vino elaborado «en Santander, Colindres, Arnuero, Meruelo, Argoños y Noja, parte de las Encartaciones y de la costa vasca, así como también en zonas del ámbito cultural y eclesiástico cántabro, como el Valle de Mena». Es más, según este colectivo, el actual ‘Vino de la Costa de Cantabria’, área geográfica regulada por la consejería de Desarrollo Rural, Ganadería y Pesca del Gobierno regional, se elabora con las mismas uvas que el txakoli producido en Euskadi.
El movimiento que reivindica el derecho de los caldos cántabros a comercializarse con el mismo nombre que los vascos surgió después de que el Congreso de los Diputados aprobara hace un mes proteger la denominación de origen del txakoli como vino exclusivo de Euskadi, en respuesta a una iniciativa del PNV. La asociación en defensa de los intereses de Cantabria asegura que, a diferencia de los argumentos del PNV, el término chacolí «no es de origen euskeriko», sino que es «el nombre con el que los comerciantes franceses denominaban al vino hecho en la costa cantábrica».
«Apropiación vasca»
La asociación ha hecho un llamamiento a los partidos políticos para que se empleen «con vehemencia» en la lucha por evitar «la apropiación vasca» del término. «Tan legítimo debiera ser utilizar Getariako Txakolina, por ejemplo, como Chacolí cántabro; pero impedir que cualquiera de las bodegas cántabras pueda emplear la denominación de este caldo sería enterrar una tradición histórica de siglos», dicen.
El Departamento vasco de Agricultura, por su parte, ha anunciado que va a inspeccionar el mercado con el fin de tratar de localizar partidas con la denominación de chacolí procedentes de Cantabria, Burgos y Francia. El Departamento de Agricultura considera que la comercialización de estos caldos es «ilegal». Argumentan que para poder utilizar ese ‘label’ hay que cumplir una serie de requisitos en cuanto a viñedos, tipos de uva, tierras, tradición en la forma de elaborar el producto… recogidos en las normativas en vigor y que no cumplen los viticultores de comunidades vecinas. En la actualidad hay tres marcas autorizadas: las de Getaria, Álava y Vizcaya. La consejería que dirige Pilar Unzalu recuerda también la existencia de un reglamento de la UE en el que se protegen las denominaciones de origen del caldo autóctono. El Parlamento europeo aprobó en 2002 que el término txakoli se limitara a esas tres marcas.
El Gobierno Vasco ha enviado una carta al Ministerio de Agricultura, a la Diputación de Burgos y a la Junta de Castilla y León en la que le detalla esos argumentos. Agricultura ha advertido, además, que actuará «en defensa de los intereses del sector ante las instancias oficiales que correspondan».
Fuente: El Diario Vasco