2001 fue un año anómalo la DO Bizkaiko Txakolina, pero la producción subió un 6,8 %.
Miren Yubero, sumiller de Azurmendi, descorchó, cató y describió la primera botella de la nueva añada en el transcurso del Txakolina Eguna, el Día del Txakoli, celebrado hace una semana en San Mamés. Miren subrayó el aspecto límpido y brillante, asoció sus reflejos verdosos a la juventud del txakoli, destacó los aromas cítricos y a frutas y flores blancas, además del carácter atlántico que exhibía en boca, según informa nuestra compañera Elena Sierra en la última edición de Jantour, el suplemento gastronómico del diario vizcaíno El Correo. Miren Yubero acabó asegurando que en unos años sorprenderá, resaltando su gran capacidad de guarda. La descripción se refería al txakoli institucional seleccionado por el Consejo Regulador para la añade 2021, el Agirrebeko de la bodega Berroja, de Muxika.
2021 no fue un año fácil para la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. Las heladas primaverales batieron el récord histórico, y el verano fue húmedo y con pocos días de sol, lo que se tradujo en una maduración lenta de las uvas y, posteriormente, en una larga vendimia, que empezó el 19 de septiembre para las variedades tempranas y a partir del 22 de octubre para el resto del viñedo. Aun así, la producción de vinos aumentó un 6,8 % respecto a la cosecha 2020, registrándose un total de 1.664.542 litros. El volumen de uva cosechada en las 430 hectáreas acogidas a la D.O. ascendió a casi 2.5 millones de kilos.
El resultado es una añada que registra vinos con menor porcentaje de alcohol, aunque mantiene su carácter. Lo explicaba Ugaitz Iturbe, miembro del Consejo Regulador, en el Txakoli Eguna, mientras insistía en la capacidad de envejecimiento de unos vinos que ya no se consumen solo jóvenes. Algunos de los últimos camios introducidos en el reglamento insisten en esta idea, respondiendo a la realidad de que un 16 % de la producción de txakoli se destina a la guarda. Lo recoge el Consejo Regulador, que ha autorizado para esta cosecha la nueva categoría Txakoli Bereziak (txakoli especial), aplicable a cualquier txakoli envejecido o fermentado durante un mínimo de cinco meses en barrica.
Como dijo el presidente del Consejo Regulador, José Luis Gómez Querejeta, en el acto, “Bizkaiko Txakolina está en un gran momento. Las bodegas adscritas a la D.O. ofrecen el catálogo más amplio de variedades, estilos y productos, como lo certifican las cada vez más numerosas etiquetas que ofrecen al consumidor”.
Este txakoli con tanto futuro habría sido imposible cuando se promulgaron en Bilbao las primeras normativas sobre la producción de este tipo de vino, tan popular y ligado a la tierra. De 1399 hablaba el lunes el recién nombrado Muzulari (mensajero) de Honor José Luís Lejonagoitia, colaborador del Consejo Regulador, que ha pasado media vida consultando archivos. “Ahí empieza una historia de la que ahora participamos, dijo. “Es buenos conocer de donde venimos”, explicó, abundando en la evolución del txakoli que ha pasado de ser visto como un vino ácido y elaborado sin cuidado, como se podía leer en alguna crónica, “a estar bebiendo el mejor txakoli de la historia”.
La última modificación del reglamento de la D.O. Bizkaiko Txakolina reduce además la producción máxima de uva por hectárea (11.500 kg para variedades tintas y 9.500 para las blancas), elimina el límite de altura para los cultivos (antes estaba en 400 metros) y autoriza el uso sin restricciones de dos variedades tintas: la cabernet franc y la pinot noir.