Corbella es una de las centenares variedades ultralocales de olivo esparcidas por toda la cuenca mediterránea. Y Migjorn es una pequeña empresa familiar radicada en Navàs (Barcelona) con un proyecto oleícola nacido en 2009, que gestiona alrededor de 20.000 olivos, repartidos en una treintena de fincas propias o arrendadas. Al principio plantaron arbequina, una de las variedades de referencia, hasta que en 2013 descubrieron las virtudes de la variedad autóctona y decidieron apostar por la corbella, originaria del valle del río Cardener.
De acuerdo con los censos oficiales, existen menos de un centenar de hectáreas declaradas de esta variedad, también llamada montserratina y curbiella, en las comarcas del Bages, Solsonès y la Segarra. Cultivada en el Centro-Norte de Cataluña además de en el Alt Urgell y el Pallars. Es rústica y, como ya deben de haber deducido, resistente a las heladas. Sin embargo fue abandonada a raíz de la gran helada de 1956 que, más que matar, dejó maltrechas las plantaciones, por lo que los olivares fueron abandonados, ya que al mismo tiempo en estos valles había comenzado la recuperación económica, tras la industrialización de los años cincuenta del siglo XX.
Muchos ejemplares fueron arrancados y otros quedaron aislados y esparcidos por el campo. Migjorn tomó consciencia de lo que representaba la variedad, comenzó la recuperación de olivos en estado salvaje de las comarcas del Bages y el Solsonès, y, de acuerdo con un viverista, plantó nuevos árboles. En la actualidad tienen 5.000 olivos de corbella, cantidad que va creciendo cada año. Migjorn tiene además 14.000 ejemplares de arbequina y 1.000 de picual.
En su idea de recuperación del paisaje olivarero en el interior de Catalunya y de explicar su territorio y su valle, Migjorn también se dedica al oleoturismo, especialmente para impulsar la nueva cultura del aceite, para que todo el mundo sepa que el jugo fresco de la aceituna es el virgen extra.
La cata
Corbella es una variedad curiosa, con una aceituna con forma de media luna, de hoz –también llamada corbella, en catalán–, poco carnosa y con una maduración temprana y media. Vigorosa y productiva, se recoge verde con una parte madura. El aceite catado es curioso e interesante, especialmente por su dulzor y por su aroma a frutos rojos, sobre todo a fresa, casi un helado. Ideal para aderezar verduras y hortalizas verdes. Aunque no es muy astringente en boca, su picor en el cuello denota un buen contenido en polifenoles. Estamos ante un aceite muy equilibrado y afrutado, con un gran potencial gastronómico y una enorme versatilidad.
Más información aquí.
Los encontraréis en: Casa Migjorn – 08670 Navàs (Barcelona)