Ángel León ha presentado este martes sus novedades en Gastronomika pero también ha reivindicado sostenibilidad. Ayer lo hizo, entre otros, Josean Alija. Hoy, Joan Roca también se preocupaba mientras animaba a viajar, a compartir culturas mediante la gastronomía; Leo Espinosa y Najat Kaanache reivindicaban origen en producto y técnica, en biodiversidad, y Kevin Cherkas o Kurt Schmidt loaban el producto, como también lo hacían Carles Abellan, Nandu Jubany y Rafa Zafra, o Begoña Rodrigo, aunque focalizando ésta última en querencias alimentarias.
El crisol que descubrieron Magallanes y Elkano sigue vigente, incluso se amplía y se preocupa. Mañana se completará la radiografía y se medirá la preocupación. Hay soluciones. “Está en nuestras manos”, comentaba Ruscalleda, la gran protagonista de esta edición de Gastronomika. Y Carme siempre tiene razón.
La gamba de Abellan, Jubany y Zafra
Además de las ponencias individuales del día, tres grandes restauradores afincados en Barcelona han centrado el interés en la jornada vespertina. Carles Abellan (La Barra de Carles Abellan*), Nandu Jubany (Pur) y Rafa Zafra (Estimar) han loado en una ponencia patrocinada por GranBlau la gamba roja (“Aristeus antennatus”), “hembra y tanto grande como pequeña”, indicaba el sevillano que acaba de abrir sucursal de su Estimar en Madrid. La sostenibilidad pesquera también ha sido reivindicada ejemplificando cómo funcionan los barcos de pesca (“si llegan tarde a puerto les penalizan, porque significa que han podido pescar más”, explicaba Jubany).
Después de haberse embarcado durante varios días con pescadores del Cap de Creus y profundizar en todos los secretos de este crustáceo “versátil y mágico como el cerdo”, los tres chefs han detallado sus partes (cabeza, “donde tiene el corazón y los huevos”, abdomen, y cola) y han mostrado con ejemplos cómo cocinarlo tanto al vapor (“poner la sal que queráis, la gamba coge la que necesita”) como en crudo, maridado, en salazón, a la sal, a la brasa, al ajillo, en carpaccio o salteado. “La gamba es el mismo animal en Roses o Dénia, aunque es verdad que los caladeros matizan. Lo importante, en el fondo, es el barco que las pesque y cómo las pesque”, finalizaba Zafra. “Una gamba no es cara”, han resumido.
Begoña Rodrigo y las pieles
Begoña Rodrigo ha presentado en Gastronomika su suevo trabajo con pieles de animales, un trabajo que “sigue la línea de la cocina vegetal, de raíces y tubérculos que empecé hace 4 años”. “Mi idea –concluía- es conseguir bocados tan ricos que no se eche de menos la proteína”. La valenciana ha explicado que La Salita “nació con la idea de elaborar cocina global pero, con el tiempo, cada vez tira más hacia Valencia y sus vegetales, sin hacer trampantojos ya que la cocina vegetal tiene un recorrido increíble”.
Rodrigo, en esta línea, ha centrado su ponencia en las pieles de animales “que no utilizábamos” para hacer las veces de la proteína, por ejemplo, en muchos de los entrantes del menú del restaurante. Para muestra, ha cambiado el pan por salsifí en su bocado de yema curada y caviar, o ha utilizado pieles del salmón -en una sandwichera- para completar una tapa con aguacate, creme fraiche y huevas de salmón, o de anguila y caretas de cerdo y con tupinambo en otro. “Quiero hacer menús largos pero que la digestión sea perfecta, que no canse, y en eso estoy. Y casi sin postres, de los que debo reconocer que no soy muy fan…”.
Lera defiende la caza
Luis Alberto Lera ha cuestionado las maduraciones de las piezas de caza en su ponencia. El chef de Lera (Castroverde de Campos) ha presentado los resultados de un estudio realizado con el Instituto Agrario de la Junta de Castilla y León para analizar las maduraciones de la carne aunque en esgastrononimte caso de piezas no muertas de forma violenta. “De momento, los resultados no son dispares pero entiendo que lo serán cuando tratemos los animales muertos por causa violenta”. “Personalmente, no creo en las maduraciones, y no las hacemos en el restaurante por motivos de higiene (alargar el proceso bacteriológico no debe ir bien) o sabor (el sabor de la caza debe ser intacto, si se madura el sabor original pierde pureza). Sí hacemos marinadas, con las que jugamos con las piezas”. Por algo es el gran referente de la cocina de caza en España.
Lera ha defendido la caza “contra el ecologismo urbanita que protesta y encima come carne”. “La caza debe ser sostenible, de aprovechamiento (no de recreo) pero debe existir. De otra forma, puede haber problemas de superpoblación. Debemos ser coherentes”, proclamaba.
El chef sí ha hablado de marinadas para jugar con las diferentes carnes de caza, “que debemos conocer bien al tocar u oler ya que al ser de animales libres no podemos saber la edad”. Lera congela el 95% de la caza que llega, para luego jugar con diferentes técnicas de la gastronomía aplicadas. “Es el camino que debemos seguir, como en la perdiz o en el jabalí en salmuera. No hace falta buscar técnicas lejos, simplemente cambiar su uso normal”.
La despensa indonesia y chilena
El chef canadiense Kevin Cherkas se formó en grandes restaurantes como El Bulli y Arzak (“del que guardo un gran recuerdo”, llevando desde entonces colgado en su cuello un lauburu vasco) o el neoyorquino Daniel Boulud antes de llegar a Filipinas. “Llegué para hacer cocina occidental para comensales orientales y fue un desastre, así que cambié la manera de cocinar y abrí Cuca Flavour (Bali, Indonesia). En Cuca no importamos ningún producto –“en Indonesia hay muchos, no tiene sentido”- y cocinamos con sabor de país. Eso sí, le hemos dado una vuelta a los productos locales, para generar más emoción a los clientes orientales y más seguridad –que demandaban- a los occidentales”.
Cherkas ha mostrado posteriormente cuatro platos “a base de los ingredientes indonesios que más me gustan”, cuatro interpretaciones de platos jugando con nuevas técnicas para cambiar la manera de comer la pieza original. Ha trabajado el chili, “el producto más importante de Filipinas, cuyo picante que encanta a la población local tamizamos para aligerar en un chicken satay; el keluak, la semilla tóxica de una fruta “con sabor umami” que ha reinterpretado en una croqueta; el kerupuk, una galleta salada de marisco pero seca que ha convertido en una piruleta, y la papaya, elaborado como un crumble de manzana.
Kurt Schmidt (Restaurante 99, Santiago de Chile, Chile), por su parte, ha presumido de biodiversidad de país, “también de los productos de la Patagonia, los que seguro vieron los navegantes de la expedición de Elkano y Magallanes”, explicaba el joven chef. Schmidt, que ocupa actualmente el puesto 28 en la lista 50 Best Restaurants de Latinoamérica, ha presentado algunas de los “productos locales con los que elaboro mi menú, todos chilenos”. Ha mostrado las posibilidades del guanacao (mamífero rumiante), los frutos de la araucaria para hacer purés; el ulte, un tipo de algas, o el piure, una animal invertebrado, “el sabor del Pacífico chileno que se come crudo”, comentaba.
El chef, formado en Borago (Chile), Noma (Dinamarca), Azurmendi o Aponiente, ha explicado también que solo utiliza proteínas “que tienen sentido. Ahora trabajo el conejo, ya que son un plaga y destruyen los viñedos, o el castor, que están devastando la naturaleza”.
La del Candado Golf (Málaga), mejor ensaladilla de España
El bar Candado Golf de Málaga sucede al Tapas24 (Barcelona) de Carles Abellán como hogar de la mejor ensaladilla rusa de España. Así lo ha decidido un jurado profesional (formado, entre otros, por José Carlos Capel, Julia Pérez, Alexandra Sumasi, Martín Berasategui o el propio Carles Abellan) y 40 aficionados este martes en el transcurso del II Campeonato Nacional de Ensaladilla Rusa – San Miguel.
Candado Golf ha vencido en la final del concurso a otros nueve finalistas: Bodega Amposta (Barcelona), Tondeluna (Logroño), Verum-El Asador de Málaga (Málaga), Sucar (Valencia), Bodega Donostiarra (San Sebastián), Santa Gilda (Madrid), La Taverna del Ciri (Terrassa), PerretxiCo (Vitoria) y El Mercao (Pamplona).