Permitido abusar de la berenjena

Rica en fibra, con propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes, no debería faltar en ningún recetario casero veraniego 

Paula Fernández

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Tuvo fama de tóxica -es cierto que si no se cocina, tiene gran cantidad de solanina, un alcaloide que produce indigestión- pero la berenjena es un complemento veraniego hidratante y saciante que ofrece múltiples posibilidades para cocinar.

 

Pertenece a la familia de las solanáceas (como el tomate, la patata o el pimiento) y su bajo aporte de calorías la incluye dentro de las verduras idóneas para dietas de control de peso, aunque también habrá que tener en cuenta el modo de cocinarla, puesto que rebozada aportará más calorías que asada con un poco de aceite de oliva virgen extra.

 

Aporta fibra, principalmente en su piel y semillas y destaca su contenido en hidratos de carbono (propiedad común en la mayoría de los alimentos de origen vegetal), además de ciertos nutrientes como el ácido fólico o el potasio.

 

Su característico color morado se debe a los antocianinos, que son unos pigmentos con propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes.

 

Muchas virtudes

 

Dentro de la propiedades beneficiosas de la berenjena podemos encontrar la digestibilidad, ya que si se cocina de manera adecuada, es ligera y de fácil digestión; ayuda a mantener bajos los niveles de colesterol, favorece el control del azúcar en sangre, es diurética, mejora la hipertensión (por su contenido en potasio), puede ayudar al funcionamiento del sistema nervioso (por su aporte de vitaminas del grupo B) y tiene un alto poder antioxidante.

 

A pesar de sus múltiples beneficios, también puede ser perjudicial en algunos casos, como en personas propensas a los cálculos renales, sobre todo si se consume en grandes cantidades, por su contenido en oxalatos, que forman cristales fácilmente.

 

Las berenjenas se pueden consumir como aperitivo a la plancha o en forma de crema para dipear, asadas sobre unas tostadas, rellenas al horno, fritas y rociadas con miel de caña o con el también muy veraniego salmorejo, o como parte de rellenos como croquetas o empanadillas. Hay tantas recetas con berenjena como días tiene el año. Pero mejor en verano.

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