Tres propuestas para tomar algo al sol (o a la sombra) en Barcelona

Las azoteas del hotel Mandarin y del DO Reial, junto al playero Barracuda, irrumpen en la oferta veraniega

Terrazas hay muchas. Cada vez más. Pero algunas son clásicos conocidos por todos, en otras no se come especialmente bien. Y poco a poco, empezamos a encontrar lugares que no sólo valen por sus vistas, sino también por su propuesta gastronómica. Es el caso de El Terrat del DO, de El Terrat del Mandarin y del Barracuda. Tres lugares de Barcelona no masificados, con buenas vistas y una propuesta culinaria con cara y ojos.

Tres propuestas para tomar algo al sol (o a la sombra) en Barcelona 0
El Terrat del hotel Mandarin Oriental Barcelona.

Empezamos el recorrido por las dos azoteas de dos hoteles de cinco estrellas gran lujo en el centro de Barcelona. El Mandarin Oriental y el DO Plaça Reial tienen en común su exclusividad, su trato y su privilegiada ubicación. Y también que cuentan con sendas azoteas de uso exclusivo para los huéspedes que a media tarde abren al público. Una oportunidad única de disfrutar de la elegancia, la exclusividad y el privilegio que el resto del día sólo unos pocos afortunados disfrutan.

El Mandarin, en pleno Paseo de Gràcia, ofrece unas espectaculares vistas de toda la ciudad. Con una piscina de pequeñas dimensiones y nueva decoración de Patricia Urquiola (como el resto del hotel), su propuesta gastronómica ha variado y apuesta en la actualidad por una carta refrescante de fusión nikkei. Desde el cangrejo real, papaya verde, lechuga, gamba seca y anacardos, al ceviche o el sushi. Y se puede acompañar con una selección de vinos y de cocktails, así como de cartas específica de gintonics y de champagnes y cavas.

Abierto al público desde las 18.00 y hasta la medianoche, cuando se marcha el sol el ambiente es casual y desenfadado. Desde mesas bajas a tumbonas o taburetes, un ambiente especial con una carta exclusiva para esta zona del hotel.

Terrat DO
El Terrat del DO.

Incrustrado en pleno centro antiguo de la ciudad, el hotel DO: Plaça Reial es un bombón de 18 habitaciones que este verano los propios barceloneses están descubriendo. Su azotea, la única abierta al público de toda la carismática plaza, ofrece unas exlusivas vistas del barrio gótico de la capital catalana. Un privilegio ver desde las alturas y en un mismo plano Santa Maria del Mar, La Catedral, Santa Maria del Pi….y ello con el chill out mezclado con el murmullo incesante de la plaza de fondo.

El Terrat del DO ofrece una carta versátil y veraniega, adaptada cada semana a lo que el chef, Pere Moreno, recibe. Una cocina de mercado, delicada, de producto y que ya aplica con acierto en el gastronómico del hotel  (La Cuina del DO) y que en la terraza agiliza. No faltan en El Terrat las ostras del Delta del Ebro, tartar de atún rojo Balfegó, steak tartar, tapas (bravas, croquetas de boletus o jamón, etc) y platos  más elaborados, como el arroz de bogavante o el de lágrima ibérica. Y un surtido de quesos Reixagó producidos de forma artesanal por la familia propietaria del hotel en el Lluçanès. Sin duda, una azotea para sibaritas. Abre de 19.00h a 1.00 y se puede reservar para eventos privados.

Guido Weinberg i Xavier Pellicer
Guido Weinberg y Xavier Pellicer en el Barracuda.

Y de dos terrazas nos vamos directo a la playa. A 20 minutos del centro de Barcelona, en Castelldefels, la dupla Guido Weinberg-Xavier Pellicer acaba de estrenar su segunda experiencia juntos, tras la exitosa Barraca en la Barceloneta. Mismo concepto, carta similar, emplazamiento distinto. En plena duna de la playa de Castelldefels, el Barracuda («el primo pequeño del Barraca», dice Weinberg), apuesta por los productos ecológicos y de proximidad. Arroz a banda con navajas, arroz negro con sepia y almejas, paella marinera y paella con salchicha, pollo, calamar y rape, fideos “rossejats” con all i oli… Y entrantes con raciones generosas, como mejillones al vapor, limón y jengibre, calamar frito a la cerveza negra y mayonesa de lima o langostinos con tomate y albahaca, entre otras. La carta de Barracuda además incluye una selección de pescado salvaje, que reciben todos los días de la lonja, y carne ecológica procedente de los Pirineos. Respecto a la selección de vinos predominan los de proximidad, ecológicos y biodinámicos de DO catalanas.

La terraza en la playa es agradable aunque en función del calor, es recomendable la sala de dentro, decorada con acierto como una casa de veraneo. Y aún hay un piso superior, aún no habilitado, que ofrecerá unas fantásticas vistas sobre el mar. El próximo proyecto de Weinberg y Pellicer pasa ya por un futuro restaurante gastronómico en el pasaje Marimón de Barcelona.