Diez consejos para evitar malas experiencias gastronómicas este verano

Redacción

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La Universitat Oberta de Catalunya nos ofrece una serie de recomendaciones para que nuestras vacaciones veraniegas sean un éxito en lo que a gastronomía se refiere. Diez consejos que vale la pena tener en cuenta si viajas fuera.

Imagen de Constanze Riechert-Kurtze en Pixabay
Imagen de Constanze Riechert-Kurtze en Pixabay

Comer de manera saludable y evitar riesgos innecesarios durante nuestro periodo de vacaciones son los objetivos de las diez recomendaciones que nos ofrece la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Anna Bach, Alicia Aguilar Martínez y Laura Esquiu, profesoras de Estudios de Ciencias de la Salud y Francesc Xavier Medina, director de la cátedra Unesco de Alimentación, Cultura y Desarrollo nos dan su opinión como expertos.

 

1. Cantidades excesivas en los bufet

Si nos alojamos en un hotel, es frecuente que nos ofrezcan un paquete turístico que incluya comida en el bufet. Para la profesora Anna Bach, “contar con la posibilidad de servirnos la cantidad que queramos en el plato puede ser una buena opción porque siempre tenemos la opción de escoger entre una gran variedad de ensaladas, como también de ponerte poca cantidad de alguna preparación que sea más densa energéticamente, sin que tengas que comerte todo un plato o una ración completa. Pero, por otra parte, ofrecer tanta variedad de platos nos puede inducir a comer más, incluso aunque no tengamos hambre, ya que nos sentimos atraídos por el aspecto”.

¿Su recomendación? “Tomar como referencia un plato grande y llenarlo de la siguiente manera: la mitad con ensalada o verdura, y la otra mitad con los platos que nos apetezca probar”.  Y en cuanto a los postres, “una buena idea es un medio plato con fruta y algún capricho, pero siempre intentando que sea proporcional”.

2. Comer sin quedarnos llenos

Para Alicia Aguilar Martínez, una buena recomendación para evitar digestiones pesadas es “comer sin llegar a sentirse lleno”. Para esta profesora, lo ideal es priorizar platos vegetales junto con primeros y guarniciones. “Coger raciones pequeñas de platos que contengan salsas, rebozados, fritos…”. Otro de los aspectos a cuidar es “limitar las bebidas alcohólicas por su alto contenido energético, además de que no son saludables”.

 

3. Higiene

Este es uno de los aspectos más difíciles de controlar con lo que si nos surgen dudas acerca de la higiene de alimentos crudos, lo preferible es no consumirlos, sobre todo “si se trata de grupos de población vulnerables (niños menores de cinco años, embarazadas, adultos mayores de 65 o personas con un sistema inmunitario débil)”, especifica Anna Bach.

 

4.Rutina en las dietas

Lo ideal sería comer y cenar siempre a la misma hora para que nuestro organismo mantenga su ritmo. “La falta de planificación también puede hacer que acabemos abusando de algunos alimentos, ya sea porque nos gustan más o porque hay más oferta”, explica Alicia Martínez. “Hay que intentar ajustar la cantidad, seguir un horario y procurar comer variado”, incide.

 

5-.  Visitar mercados locales

Una buena forma de saber qué y cómo se come en nuestro destino vacaciones es visitando sus mercados. Para Francesc Xavier Medina, “la posibilidad de sentir el pulso de una sociedad acercándose a su gente y sus productos, favorecen que cada vez más turistas encuentren en estos espacios un atractivo singular”. Y añade “la única precaución que hay que tomar es la del sentido común. Por lo que respecta a lo que se come y se manipula, tanto en los mercados como en los lugares de comida de calle, hay que tomar determinadas precauciones, especialmente con las normas de higiene. No podemos hablar de manera genérica de cualquier lugar o país. Pero, en cualquier caso, es evidente que en relación con la comida hay que tomar determinadas precauciones”.

 

6-.  Sabores singulares

Es posible que, según donde viajemos, muchos de los sabores nos parezcan demasiado intensos. “No es extraño que, por ejemplo, muchos picantes como los de México o Nepal nos parezcan demasiado picantes e incluso que nos produzcan problemas estomacales o gástricos a causa de la falta de hábito”, explica Francesc Xavier Medina. Y añade “se recomienda no forzar y consultar con un profesional si el malestar persiste”. Por otro lado, Anna Bach recomienda “para evitar problemas futuros lo mejor es probar pequeñas cantidades para valorar tanto la tolerancia como si nos gusta. No solo el picante puede ocasionar cierto malestar también lo puede provocar cualquier alimento o preparación no habituales en nuestra dieta”.

 

7-. Fijarnos en la temperatura

Los alimentos se han de mantener por debajo de 5ºC o por encima de 65º C para evitar la proliferación de microorganismos y así disminuir el riesgo de infecciones o intoxicaciones alimentarias.

 

8.- Carnes y pescados bien hechos

Por prudencia, es aconsejable solicitar que la comida esté cocida adecuadamente. Ciertos alimentos, como la carne, el pollo, los huevos, el marisco y el pescado se tienen que cocinar a una temperatura que sea suficientemente alta para eliminar los microbios nocivos que podrían tener. Para eso, los expertos recomiendan devolver el plato para que lo cocinen más si en un restaurante sirven carne, pollo, pescado, marisco o huevos poco cocidos.

 

9-. Limitar el consumo de refrescos.

Como explica Laura Esquius, “los azúcares libres de los refrescos aportan calorías innecesarias. Para eso, un consumo elevado se asocia a una mala calidad de la alimentación, a la obesidad y a un riesgo más elevado de padecer problemas de salud crónicos”.

10-. Vuelta a la rutina

De regreso, es importante recuperar las rutinas “priorizar el consumo de alimentos como arroz, pasta, legumbres o pan; tomar cinco raciones diarias de frutas y verduras, y de tres a quince  cucharadas de aceite de oliva, comer más pescado que carne…”, explica Bach.