Barcelona en whisky – Xavier Agulló

Xavier Agulló

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Reconozco que comer con whisky sólo ha sido un sueño de glamour adolescente escuchando a la rat pack en sus conciertos americanos de los años 60 («Dean Martin se ha perdido de verdad; han mirado en el bar y no está», bromeaba Frankie) o media verdad cuando lo he combinado, en arrebatos escoceses, para apaciguar los intensos vendavales sápidos del haggis.

Sin embargo, hoy me he metido seis whiskies con seis platos en el Moo. ¿Y cómo ha sido? Hay varias razones que me justifican… La primera, la celebración en el hotel Hilton de Barcelona, estos próximos domingo 4 y lunes 5, de Whisky Live, una feria internacional del «agua de vida» que, en su octava edición, convierte Barna en la capital de ese elixir maravilloso. De 16 a 21 horas. Precio: 20 €, o lo que es lo mismo, 5 whiskies. Pero, ojo, whiskies que Sammy Davis Jr. jamás imaginó. Virguerías. Pasotes con más años que Matusalén. Novedades exclusivas.

La segunda razón, más directa, la comida en Moo diseñada por Felip Llufriu y maridada con whisky por Roger Viusà. Se entiende, ¿no? Snacks con Hedonism Limited Release, un whisky de grano con sabor a helado de vainilla; melocotón con foie con Balvenie 15 años; carpaccio de pichón ahumado con Macallan 18; lubina ahumada con el complejo y multicolor Signatory Vintage 2000; lomo de ternera con Bowmore 18; y albaricoque con coco, maíz y regaliz sutilizado con el bourbon Maker’s Mark.

¿Y sabes lo que te digo? Que ahora estoy currando sin problemas mientras me viene a la mente el poema de Robert Burns…

«There’s nane that’s blest of human kind, But the cheerful and the gay, man,
Fal, la, la, &c.
Here’s a bottle and
an honest friend!
What
wad ye wish for mair, man?
Wha kens, before his life may end,
What his share may be
o’ care, man?
Then catch the moments as they fly,
And use them as ye ought, man:
Believe me, happiness is shy,
And comes not aye when sought, man»