Michelin concede una estrella al restaurante Gadus pese a estar cerrrado

Redacción

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Sin personal, cerrado a cal y canto y sin chef. O mejor dicho, con otro distinto al premiado. De esta guisa le ha pillado la estrella Michelin al restaurante mallorquín Gadus. Una situación extraña y sorprendente que pone en entredicho el sistema de concesión de distinciones por parte de la reputada guía francesa.

La «biblia» de la gastronomía ha reconocido a este restaurante mallorquín expresamente por la cocina de Thierry Enderlin, y no la de otro. La estupefacción llega al descubrir que este cocinero lleva más de año y medio sin trabajar en este establecimiento, tal y como confirma su dueño, Antoni Llull Adrover. Desde el verano de 2009 hasta el pasado agosto ha estado dirigiendo los fogones otro chef, Sebastián Raggiante. De su nombre no hay rastro en el prestigioso vademécum culinario. Ante esta confusión de chefs cabe preguntarse, ¿pasaron los inspectores de Michelin por el restaurante de Llull para recabar datos? La respuesta, al parecer, es afirmativa. «Vino un señor el pasado mes de marzo, se pidió el menú degustación pequeño [entre los 28 y los 30 euros], y luego se identificó como inspector de Michelin. Me hizo preguntas sobre el restaurante: personal, chef, horarios… Tomó fotografías y se marchó. Suponemos que hacia mayo volvieron otros inspectores, pero esta vez no se identificaron», relata Llull.

Lo que está claro es que el visitador galo de la guía no degustó los productos cocinados por Enderlin, sino los preparados por Raggiante. Llull, el dueño del restaurante, cree que se trata de un «simple error». Desde Michelin alegan que la guía se cierra a principios de julio para justificar posibles cambios posteriores en los restaurantes. Pero su alegación no sirve para este caso: el cocinero Enderlin ya llevaba en julio pasado más de un año alejado de los fogones del Gadus. Este discípulo directo de Alain Ducasse, el primer chef que ha conseguido tres estrellas Michelin en tres ciudades distintas, fichó por un establecimiento de lujo en Taunat (Marruecos).

Por otra parte, el dueño del restaurante confirmó que el Gadus, con sólo dos años de vida, lleva cerrado desde el mes de agosto «por desavenencias con el personal». «Tuvimos que cerrar porque nos quedamos sin personal, algunos de ellos se fueron a trabajar a otros sitios que les ofrecían empleo durante más meses que nosotros», detalló. Asimismo, apunta que ha llevado a cabo «una pequeña reforma» en el establecimiento.

Asegura Llull que el restaurante -«de temporada, nunca abierto todo el año»- volverá a servir sus menús (el más caro, el grande, cuesta 60 euros) el próximo mes de febrero o marzo. El propietario es dueño asimismo de una pizzeria cafetería y lleva más de 30 años dedicándose a la restauración.

El culebrón gastronómico destapado en Mallorca amenaza con convertir la lluvia de estrellas de Michelin en un chaparrón con muchas dudas que despejar sobre cómo se otorgan estos galardones tan sibaritas.

Fuente: Levante, M. E. Soler y G. Soler