El nivel de los restaurantes chinos en Barcelona goza de muy buena fama internacional, nos aseguran desde la comunidad china de la ciudad. Una buena noticia para quienes siempre andan buscando cocina auténtica de este país.
Si ya hicimos una selección en Madrid para celebrar el Año Nuevo Chino, Año del Dragón (10 de febrero), también hacemos un recorrido por Barcelona, combinando clásicos de solvencia y nivel reconocido, con otros opciones más populares y asequibles y algún local poco conocido entre la clientela local.
Hablar de cocina china en Barcelona es hablar de la familia Kao. Empezando por Kao TzeChien, chef del restaurante Gran Dragón en los años 50 (el primer restaurante chino en la ciudad), creador primero del restaurante Pekin y luego, junto a sus hijos Jose María Kao y Luis Kao, del Shangai. El primero en la cocina y el segundo de sumiller han sabido convertir y mantener este local como referencia indiscutible en Barcelona.
Un restaurante elegante de la zona alta con una carta sin concesiones: cocina tradicional apegada al recetario clásico chino y donde platos como el pato Pekín -siempre se menciona entre los mejores de la ciudad- o la merluza hunsao lucen especialmente, aunque también merecen siempre la pena las judías con pollo (y guisantes del Maresme), otro de los clásicos de Jose María Kao. La espléndida carta de vinos es otro de los grandes argumentos de esta casa.
China Crown. Caspe, 48
Hablar de cocina imperial china puede sonar un tanto pomposo, pero lo cierto es que China Crown cuenta en Barcelona con un espacio único que refuerza la elegancia en la propuesta gastronómica, el servicio de sala, y la presentación de cada uno de los platos que componen su propuesta.
Y es que estamos en la Casa Calvet, un edificio modernista diseñado por Gaudi, levantado a comienzos del siglo pasado en pleno centro de la ciudad y cuyos bajos acogen este restaurante. ¿Uno de los más bonitos de la ciudad? Seguramente. Modernismo y piezas de porcelana y textiles chinos conviven en este elegante espacio donde el plato estrella es, claro, el pato Pekín. O, mejor dicho, pato imperial Beijing, trinchado y servido de forma muy ceremonial frente al comensal.
Memorias de China. Lincoln, 17
Alejarse de lo que por aquel entonces se ofrecía en muchos restaurantes chinos (arroz tres delicias, familia feliz…) y ofrecer platos que realmente reflejaran la gastronomía cantonesa. Eso y una decoración que no deja indiferente a nadie -su enorme Buda tumbado es uno de los sellos de la casa- conforman la singularidad de Memorias de China, otro de los clásicos de Barcelona y que va ya camino de cumplir el cuarto de siglo.
El restaurante es uno de los muchos proyectos del hiperactivo y polifacético Lam Chuen Ping, una de las caras más conocida desde hace años de la comunidad china en Barcelona. No es una forma de hablar, porque además de Presidente de la Unión de Asociaciones Chinas de Cataluña también ha sido actor y es uno de los grandes impulsores del kung fu en España. Visita recomendable en la zona alta para conocer la historia de la cocina china en la ciudad.
Pato Pekín, Torre Mapfre, Marina, 16
Aunque no es un nombre habitual en las clásicas listas de restaurantes chinos de Barcelona, en realidad es muy popular entre la comunidad originaria de este país. Y un lugar habitual para fiestas, banquetes y celebraciones, incluyendo, claro, el Año Nuevo. Abierto desde 1996 junto al Port Olimpic -está en la parte baja de la Torre Mapfre, con una terraza con vistas a esta zona- dispone de un enorme comedor principal, privados e incluso salas de karaoke, por si hay que alargar la sobremesa.
Más que centrarse en la cocina de una zona del país, combina diferentes estilos, aunque destacan sus platos cantoneses, los picantes de Sichuan y, por supuesto, el pato Pekín que da nombre a este restaurante, perfecto para quienes buscan uno de esos lugares frecuentados por familias de origen chino.
Kao DimSum BisbeSivilla, 48
Volvemos a hablar de la familia Kao, aunque esta vez de la tercera generación. Si Shangai representa la gastronomía tradicional, Kao DimSum apuesta por un enfoque donde los ingredientes locales y técnicas actuales entran en juego para ofrecer una interpretación diferente del recetario chino. Los dim sum de patas de cerdo (en la foto) son, además de un clásico de esta casa, un buen ejemplo de esta filosofía.
Meilan Kao, hija de Jose María Kao, abrió en 2014 este restaurante que se presentó como el primer dim sum club de la ciudad. Sin duda, marcó un nuevo estilo en el que diferentes variedades de dumplings a base de una excelente masa casera y rellenos de calidad son el hilo conductor de una carta más informal y asequible que la del restaurante Shangai, situado justo al lado.
He Cheng. Entença, 12
Aunque es verdad que desde fuera nada parece invitar a entrar a este restaurante en el barrio de Sant Antoni y cerca del Paralelo, posiblemente nada más traspasar la puerta encontraremos una buena pista de que la decisión ha sido la correcta. Y es que una de las últimas mesas del comedor suele ser el lugar elegido por alguna de las cocineras para estar rellenando gyozas o preparar y cortar la pasta con un enorme cuchillo. Cocina vista en un sentido muy literal.
Los fideos, sopas y empanadillas son sólo parte de una carta muy extensa, como suele ocurrir en muchos restaurantes chinos. Precios ajustados, raciones generosas y todo en un local que huye de cualquier concesión a la estética, como si el feísmo fuera ya parte del encanto del lugar. Desde que lo recomendó el escritor Quim Monzó hay más gente, y los habituales torcemos un poco el morro al ver la creciente popularidad.
Los restaurantes especializados en hotpot hace años que no dejan de aparecer por toda la ciudad. Una incipiente moda alrededor de algo aparentemente tan sencillo como cocinar alimentos en un caldo caliente situado en el centro de la mesa, pero que tiene siglos de historia y centenares de posibles variantes.
SpicySoul Hot Pot es uno de los más populares de Barcelona. Con locales en otras ciudades del país y decenas de restaurantes repartidos por el mundo, el lugar es muy frecuentado por jóvenes de origen chino. Además de fascinarnos su máquina de vapor para, a la salida, quitar el olor de comida que puede quedar impregnado en la ropa, la experiencia hotpot que ofrecen es muy recomendable, con decenas de posibles combinaciones alrededor de sus seis tipos de caldos, más de 70 ingredientes entre carne, vegetales, pescados y mariscos y un buen surtido de salsas para aliñar.
Wen Zhou II, Ali Bei, 71
La calle Ali Bei de Barcelona podría considerarse el epicentro de la zona de los denominados restaurantes chino-chino de la ciudad. Es decir, locales sencillos,normalmente económicos y donde la carta no hace muchas concesiones a los occidentales y ofrece platos pensados para la comunidad china. Aquí está, por ejemplo, el ya famoso Chen Ji, seguramente el primer chino-chino popular de Barcelona y que unos cuantos años después sigue siendo una apuesta segura para comer bien, abundante y barato.
Muy cerca está Wen Zhou II o, como reza el cartel, Wen Zhou Ramen II. Un buen gancho para la clientela en busca de esta sopa caliente con fideos e ingredientes variados que tal vez Japón ha hecho famosa pero que se inventó en China. De hecho, tras preguntar a nuestros contactos entre la comunidad china de la ciudad, nos han enviado aquí si queremos probar unos buenos fideos de ternera, uno de los platos más conocidos de este pequeño y sencillo local.
Uniko, Còrsega, 206
La berenjena picante es muy posiblemente el plato más conocido y el mejor reclamo de este restaurante que ganó fama en su local original por la zona de la Sagrada Familia y luego se trasladó al centro de la ciudad. Aunque ambos convivieron un tiempo y éste se conocía como Uniko 2, el de la calle Castillejos parece que ya no está operativo
La citada berenjena al estilo de Sichuan, bien picante, y acompañada de arroz es uno de los platos que nunca decepcionan. Pero hay mucho más en una carta que no renuncia a la autenticidad, pero en un entorno más luminoso y amable que otros restaurantes chinos de la ciudad. Por ejemplo, los xialongbao -pequeños panecillos rellenos tradicionalmente de carne y algún caldo- caseros son otra de las estrellas de la casa,
Shanghai Stories. Carrerd’Aribau, 73
“Verdadera cocina tradicional china”. Así se presenta este restaurante, también habitual en las conversaciones cuando se repasan los mejores o, al menos, los favoritos de la ciudad entre quienes se pasan el día comiendo y buscando lugares interesantes.
En este caso la propuesta juega con un local bonito, sin estridencias, una carta que combina platos más populares con algún guiño más elevado, y unos precios que, sin pretender ser los más baratos de la ciudad, son muy contenidos. De hecho, su menú diario entre semana no llega a los 12 euros. Al frente de la cocina está Wang Binquin, natural de Shangai y con una larga carrera en hostelería, centrada sobre todo en cocina tradicional china.
Melo Jía. C/ de Còrsega, 250, L’Eixample
Acogedor es una de las palabras más repetidas por quienes visitan y repiten en este céntrico restaurante. Sus responsables hablan de cocina tradicional pero casi podríamos hablar de confort food en versión china, suponiendo que algo así pueda existir.
En cualquier caso, aquí se reivindica una cocina casera y también saludable. Teniendo en cuenta que el fundador de esta casa fue gimnasta profesional y después chef del equipo nacional chino, está claro que sabe de lo que habla y de lo que cocina. La carta repasa algunos clásicos del recetario chino, pero con un toque muy cuidado. Ofrecen un menú degustación (35 euros) que incluye diferentes dumplings y pato Pekin