A pesar de que el calor no amaina en la capital catalana, el público asistente a la feria gastronómica Tast a la Rambla no ha querido perderse una tercera jornada en la que además de la gastronomía de la ciudad que ofrecen los estands de los más de 30 restaurantes y pastelerías participantes, se ha podido disfrutar de la Cocina de Paisaje de Asturias. Boroña preñada, pote asturiano, pitu, compango y otras elaboraciones autóctonas han sido reversionados en los platos que han ofrecido en el espacio de Showcooking Carlos Gallego (Los Llaureles) y Diego García (El Pintu), ambos chefs embajadores de Asturias, Cocina de Paisaje.
Producto y tradición, las claves asturianas
Cocina humilde, como contaba Gallego en declaraciones a 7 Caníbales, y cocina para proporcionar energía “porque allí la gente trabajaba en la mina”, recordaba Diego García. Con esas premisas empezaba la sesión Carlos Gallego ofreciendo dos platos de producto en los que reinaban el tomate y la cebolla. Sobre un rosetón frito de feria, falsa rodaja de tomate, relleno de guiso de pitu, polvo de tomate, curry y gominola de remolacha. Así ha presentado el chef de Los Llaureles su particular rodaja de tomate a la que le ha seguido otro sencillo producto, la cebolla. En esta ocasión, ha elaborado una cebolla braseada cocinada con mantequilla que se presenta en forma de sopa acompañada de parmentier de patata a la brasa con su piel y crema de cebolla, y remataba el plato una cebolleta en tempura.

El plato fuerte de la cocina tradicional revisionada de Gallego ha sido el buñuel fluido de boroña, con el que el chef ha querido homenajear a las mujeres de Torazo que elaboran este plato tradicional basado en un pan de harina de maíz relleno con compango. Concluía su taller el madrileño afincado en Asturias con un bombón de queso gamoneu con nata ahumada a la brasa, dulce de ciruela, almendra laminada y alga.
La cocina de la cuenca minera
Tomaba el relevo en esta jornada de showcooking que tenía como protagonista la cocina asturiana Diego García, quien a los fogones de la casa de comidas El Pintu ha traído a Barcelona la cocina de la cuenca minera. García, con una propuesta llena de señaldá (nostalgia), ha querido pone en valor el chosco -embutido tradicional de la zona de Tineo elaborado con cabecera de lomo y lengua- que ha presentado en forma de croqueta. No menos ligera era otra de sus propuestas: capuchino de pote asturiano, en el que el popular cocido se reversionaba con una crema del propio pote que se coronaba con nata montada infusionada con tocino. Y consciente de que Asturias es también sinónimo de sidra, el chef ha ofrecido un lingote de corderu xaldu con una compota de manzana de sidra y sidra de hielo, que ha sido la antesala al postre -montado al momento- también con ADN asturiano: milhoja d’ablanes con crema de avellana.

El fin de fiesta asturiana en tierra catalana ha sido un cuatro manos en el que los dos chefs han compartido fogones para trasladar lo mejor de la cocina de su zona pasada por su visión particular, “siempre fiel a la tradición, de la que no dejamos de aprender” remarcaba Carlos Gallego.
De Asturias a Castilla La Mancha sin moverse de Tast a la Rambla
Mientras Asturias desplegaba su sabiduría culinaria en uno de los showcookings de la feria, en el otro los asistentes han podido disfrutar de varios talleres en los que se han ofrecido, entre otras experiencias, catas de cerveza o catas de vinos de Cataluña.
Una posibilidad, la de aunar disfrute gastronómico con lecciones magistrales, que mañana podrá volver a vivirse en Tast a la Rambla pues Castilla La Mancha cogerá el testigo de Asturias y será la región que ofrecerá su cocina a los barceloneses. Un recorrido exhaustivo por toda la cocina manchega que con chefs locales ofrecerá degustaciones de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.