La Vuelta a España helada

Un sugerente recorrido por la gastronomía nacional cocinada en frío.

Fernando Sáenz

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No se me ocurre mejor manera de recorrer nuestro país en verano que a base de lametazos: no piensen mal, no es un reality catódico, ni una prueba del Grand Prix… Aprovechando la canícula y las vacaciones que disfrutarán los que no sean heladeros, les propongo un paseo por rincones de nuestro país a través de helados que nos descubren un trocito de sus territorios.

 

Arranco desde casa. Seguro que alguno de ustedes tiene en mente hacer alguna etapa del camino de Santiago: si pasan por Logroño, les espera nuestra crema helada “Paseo de verano” un homenaje en clave helada de los sabores que acompañan al peregrino a su paso por La Rioja, almendra cruda con piel, un toque de hinojo fresco e infusión de heno, recordando a esa mies agostada de la cosecha de cereal recién recolectado.

Helado Paseo de verano, con almendra cruda con piel, un toque de hinojo fresco e infusión de heno
Helado Paseo de verano, con almendra cruda con piel, un toque de hinojo fresco e infusión de heno

 

Tomamos un avión y saltamos a Ibiza, el interior de la isla, esconde una despensa que bien merece conocer, recuerdo elaborar allí un helado inspirado en el flaó, una suerte de tarta de requesón con yemas de huevo y hierbabuena, que nos da paso a que disfrutemos de un biscuit helado de requesón con hierbabuena, saboreando las vistas que nos ofrece Sa Talaia, mientras, hacemos tiempo para embarcar en el ferry y volver a la península, destino: Valencia; paramos en el mercado de Colón, saludamos a Antón y nos llevamos una botella de su magnífica orxata que usaremos como “ leche” para elaborar un sorbete de boniato asado a base de orxata. Vamos, el típico helado de media mañana para rematar el esmorzaret (que me perdone Mr. Agudo).

 

Llegamos a Málaga, y paseando por la calle Larios, les proponemos una “Biznaga helada” crema helada a partir de vino dulce de Málaga y agua de cítricos, nuestro sentido homenaje cinematográfico a la capital de la costa de sol; camino de Jaén, seguiremos el cauce del río Segura y nada mejor que dejarnos impregnar de sus aceites de oliva rememorando uno de los helados que nunca han faltado en nuestra vitrina, crema helada de limón con aceite de oliva , cremoso y ácido con el punto cítrico de los limones que se cultivan en la vega baja del Segura, hasta desembocar en Guardamar del Segura, patria de langostinos y ñoras. La ñora como ingrediente fetiche de la salmorreta, ese preparado que se utiliza para potenciar los caldos de paellas y fideuás, un aliño helado de salmorreta que presentaremos a modo de crema untable sobre una tostada como aperitivo mientras nos refrescamos con la cerveza previa a la paella que está a punto de terminarse, divisando Tabarca desde la Roqueta.

Sorbete de manzana
Sorbete de manzana

 

Si su destino está en las playas del norte, refresquen el gaznate con una buena sidra, en la familia Astarbe cultivan sus propias manzanas desde hace ocho generaciones, y cada mes de octubre, nos ceden una pequeña parte de su cosecha, para que elaboremos un sorbete de manzana de sidra, quinientos años en un lametazo ahí es nada, sorbete de manzana Astarbe.

Aprovechen sus vacaciones para encontrar pequeñas historias en cada uno de los bocados que celebren y encuentren valor en quien trabaja por ello, viajar a lametazos y disfrutar de sus recuerdos.

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