El roscón de Reyes levanta pasiones, y siempre ha sido uno de los bollos tradicionales más consumidos y buscados. No es raro encontrar largas colas delante de las pastelerías más afamadas, que se ven obligadas a hacer horas extra hasta el 6 de enero.
Harina, huevos, azúcar, mantequilla (Paco Torreblanca opina que debe estar en todos los roscones), agua de azahar y ralladura de naranja y limón están en la formulación de esta especie de brioche aromatizado de masa fina, suave y alveolada que llegó a España con los Borbones.
El tradicional incorpora toques cítricos y de azahar y no lleva relleno, pero cada vez son más frecuentes los que agregan en su interior nata, trufa y otros ingredientes (la imaginación al poder) que los hacen más pesados y calóricos.
En este bollo también hay modas. En los últimos años han desaparecido prácticamente las frutas escarchadas que desde siempre llevaban por encima, y actualmente lo habitual es encontrarlos exclusivamente con azúcar, almendra (o pistacho; una reciente novedad) y, si acaso, naranja confitada en rodajas. Y si su presentación ha mejorado ostensiblemente, también lo ha hecho su elaboración. Afortunadamente hay muchos y buenos roscones artesanos (los industriales son otro cantar), que destacan por la finura de su masa esponjosa y los ingredientes de calidad.
Entre nuestros preferidos el del pastelero Oriol Balaguer, de La Duquesita, (con tiendas en Barcelona y Madrid), un bollo de larga fermentación, suave y con el punto equilibrado del azahar. Va decorado con frutas escarchadas (naranja, melón y cereza), almendra y dos tipos de azúcar, y los prepara también rellenos de nata, trufa o crema tostada (precios entre 18 y 38 euros según tamaños). Este 2024 ha sido escogido el mejor de Madrid.
También figuran entre los mejores los roscones de Madreamiga, preparado con naranjas ecológicas, agua de azahar Luca de Tena, aove, mantequilla francesa y harinas gallegas (38,50 euros el de 800 gr.; también rellenos) y Cientotreintagrados, con masa tipo brioche a base de productos naturales, perfumada con agua de azahar y decorada con fruta escarchada y almendra granillo. La larga fermentación le hace un bollo ligero y suave (28 euros, 500 gr.)
En Barcelona también se celebra un concurso que premia el Mejor roscón de Reyes de Cataluña. La edición de este año ha premiado en la categoría tradicional al Forn Passions Calafell, y en la categoría creativa a Eric Ortuño de L’Atelier Barcelona, con el tortell trencadís, una corona de color dorado elaborada con una masa de larga fermentación, relleno de crema de queso mascarpone y un baño de limoncello (44 euros, 800 gr.).
De panadería y pastelería
No son los únicos que conviene probar. Existen, como decimos, muchas propuestas rosconeras recomendables, elaboradas por panaderos y pasteleros. Curiosamente panaderos de renombre en Madrid son autores de algunos de los mejores roscones de la capital, premiados en ediciones anteriores. Como el de Pan Delirio de la familia Cocheteux, cuya producción les lleva tres días (25 euros, ½ kilo ) o el delicioso roscón de Antonio García en Panem, que lleva además de los ingredientes clásicos, vainilla y ron (500 gr., 28 euros).
También los que venden en Turris (distintas direcciones en Madrid y Barcelona), una tierna masa de brioche con miel y aceite de oliva, que remata con un baño de mermelada de naranja (o cacao negro en la versión rellena de trufa), tarifados todos a 27,95 euros).
Un roscón de maestro panadero es el de Viena La Baguette, 100% tradicional (y rellenos de distintos ingredientes incluyendo el caramelo de violetas), con la preceptiva agua de azahar. Desde 25 euros el de ½ kilo, los preparan asimismo en versión mini, en pack de cinco (7,50 euros).
No podemos olvidar los roscones de pastelería. Entre ellos el de Ricardo Vélez en Moulin Chocolat (primer ganador del concurso madrileño), muy elegante, el del obrador Isabel Maestre (35,50 euros, 500 gr. sin relleno) un delicado bollo aromatizado de azahar y naranja confitada, o el de La Mallorquina, establecimiento centenario que sigue fiel a la receta tradicional, con fruta escarchada, aunque los hay rellenos de nata, crema y trufa (desde 9 euros los de 250 gr.)
Pastelerías Mallorca y su icónico roscón triunfa desde hace 90 años. Suave y esponjoso, se venden tradicionales y rellenos (desde 22,50 euros el más pequeño).
Terminamos con dos outsiders del bollo tradicional. El que preparan en Umiko Bake (ganador de la edición 2023), con la masa tradicional pero relleno de crema chantilly, caramelo salado y toffe de crema de orujo Rúavieja (30 euros), y el de la Familia La Ancha en su delivery Armando, que por encargo elaboran un roscón relleno de cookies y nutella casera o de tarta de queso Fismuler, un top de la casa. Un brioche tradicional, goloso y aromático (35 euros los de 1,5 kilos).