Un fin de semana en la nieve: experiencia Hermitage

Mónica Ramírez

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Ubicado a pie de pistas de esquí, el Hotel Hermitage & Spa 5* de Andorra se presenta como una de las más interesantes opciones si uno busca nieve, montaña, confort y lujo. Nos trasladamos hasta allí para conocer sus novedades.

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Una de las novedades más destacadas del Hotel Hermitage & Spa 5* de Andorra, es la del cambio de manos en el asesoramiento gastronómico de los restaurantes del hotel. A Nandu Jubany, que ha estado ocho años al frente de sus restaurantes, le sucede Francis Paniego, quinta generación dedicada al negocio familiar del Grupo Echaurren. Y aunque llevan cuatro meses trabajando con el equipo en seis de los ocho espacios de restauración (Ibaya, Hermitage Tradició, Koy Hermitage, Glass Bar 1850, Sol i Neu Club Hermitage, The Villager Tapas & Wine, La Tofana y Soli i Neu Pizzeria), son solo dos los que lleva abiertos al público. En sus establecimientos culinarios, la huella Paniego es clara: puntos en común con su restaurante en Ezcaray;  inspiración en el territorio que lo envuelve, influencia de la tradición que heredó de su gran maestra -su madre, Marisa Sánchez-, y guiños a la cocina vasca y riojana.

Ibaya

De las seis propuestas de las que se ocupa Paniego (Ibaya, Hermitage Tradició, Glass Bar 1850, Sol i Neu y el espacio de los desayunos), el representante de la alta cocina es Ibaya que ofrece dos menús degustación: Tierra 13 Idees con un precio de 105 euros y Tierra 16 Idees con un precio de 125. El nombre ya marca la propuesta gastronómica: “es uno de los cerros de alta montaña que podemos encontrar en las inmediaciones de Ezcaray. Viene del euskera Ibaia que significa ‘el río’. Lo hemos elegido porque inspira, en gran medida, la esencia de nuestra cocina y porque pretende homenajear al otro río que discurre delante de esta casa, el Valira y que recorre todo este maravilloso país que nos acoge”.

La visita al restaurante se conforma en tres espacios: un rincón con butacas y sofás donde degustar los dos primeros bocados y un trampantojo de vino «en homenaje al tapeo con un vinito»; la cocina, donde se disfrutarán de dos bocados más y finalmente, el salón donde acomodarnos para paladear el resto del menú. Lo dicho, sello Paniego inconfundible: las famosas croquetas Echaurren (de las que se elaboran unas 2.000 diarias para los seis puntos de venta del hotel); hojas de borraja fritas, los buñuelos de la tía Julia pero en versión salada; espárragos verdes con caviar imperial y mahonesa de perrechicos (plato que elaboraron en 2016 para el homenaje a Joel Robuchon), parfait de higaditos de pollo con virutas de alcachofas y pan (su guiño a la casquería), merluza asada (emblemático de la cocina vasca) y la, también clásica Echaurren, albóndiga.

Resto de propuestas

Hermitage Tradició se ubica al lado de Ibaya aunque cada uno ocupa su espacio y no comparten carta. Glass Bar 1850 se encuentra en el hall y ofrece una propuesta más informal. Sol i Neu, ubicado a pie de pistas y con una gran terraza, es el  lugar ideal para tomar el sol, disfrutar de las vistas y coger fuerzas después de nuestra actividad de nieve. Encontraremos croquetas, jamón ibérico, ensaladas, arroz, sopas, menestras de verdura y platos más consistentes como el solomillo a la parrilla con salsa de café de París y patatas a la sartén; chuleta de vaca a la brasa, costillas de cordero o albóndigas con trufa y parmentier.

Sol i Neu
Sol i Neu

Y el plus

Además de la oferta culinaria de la mano de un reconocido chef –Gaig y Jubany antes, Paniego ahora- el hotel cuenta con otros atractivos que invitan a una visita: el spa de tres plantas (con terraza al exterior y tratamientos); actividades (excursiones con raquetas, snowboard, heliesquí, mushing, ciclo turismo, vuelos en helicóptero, parapente, quads, forfait Grandvalira, golf en verano… ) y alojamientos exclusivos.

Sí, además de las habitaciones, el hotel cuenta con lo que ellos han llamado Residencias. Se trata de nueve estancias exclusivas –una para dos personas; cuatro para cuatro y las otras cuatro para ocho-  con cocina propia, ideal para parejas o grupos que busquen intimidad, confort y singularidad. A modo de ejemplo, la estancia en una de las residencias para grupos de hasta ocho personas cuesta unos 3.500 euros por noche.

Y para aquellos que viajen con niños, destacar que el resort dispone de servicio de canguro y el espacio con monitores Kids Club para todos aquellos que quieran disfrutar del Sport Wellness Mountain Spa o almuercen en los restaurantes.

¿Quieres saber más acerca del chef? No te pierdas nuestra charla con Francis Paniego en la sección Entrevista.

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