Chicago

Tribuna

Para mí, Chicago es la ciudad más bonita de Estados Unidos. Tras la decepción de una California que no es ni sombra de lo que fue, llegar a la capital de Illinois me devuelve a esos Estados Unidos que siempre he tenido idealizados.

La gran ciudad que nunca deja de sorprender y, en cierta forma, de abrumar. Sus gigantescas torres diseñadas por los mejores arquitectos del mundo que compiten en espectacularidad, los viejos rascacielos recuerdo del esplendor que siempre ha tenido la ciudad, la limpieza y el cuidado de todos los espacios (al menos en el centro), la gran vida cultural… y por supuesto la gastronomía.

Chicago es una ciudad muy viva en lo que a cocina se refiere. No sólo en sus dos tres estrellas (Smyth y el veterano Alínea), en sus tres biestrellados o en los catorce con una. Nada menos que 45 “bib gourmand” se abren en abanico a todas las cocinas del mundo, desde la mexicana hasta la coreana pasando, claro, por la italiana (tan influyente históricamente en Chicago) e incluso por algún español.

Sin embargo, como siempre ocurre con Michelin, la guía tiene enormes carencias. De hecho, los dos restaurantes que más me han gustado en este viaje no aparecen en ella. Uno, Bazaar Meat, es uno de los cinco que José Andrés (estos días volcado en Valencia para ayudar con su organización humanitaria World Kitchen) tiene en Estados Unidos con ese nombre, parte de los más de cuarenta repartidos por todo el país. Verdaderas embajadas de la marca España.

En la planta baja Bar Mar, centrado en el pescado; en la superior Bazaar, especializado en carnes, con gran presencia de productos españoles, incluidos cochinillos que llegan desde Salamanca y se hacen en un horno de leña importado de Barcelona. Se come muy bien allí.

También me ha gustado The Loyalist, la taberna informal y un punto canalla que John Shields y Karen Urie, cocineros del triestrellado Smyth, tienen en el sótano del mismo edificio. Muchos platos franceses (paté casero, ostras, steak tartar, sopa de cebolla, caracoles) que alternan perfectamente con unas hamburguesas que están entre las mejores de la ciudad. Y una última recomendación.

 

En Chicago hay que probar la popular “Deep dish pizza”, una enorme pizza honda de masa gruesa rellena de queso, tomate, champiñones, cebolla, pimiento y salchichas. Me gusta especialmente la de Giardino’s, aunque tampoco está nada mal la de Lou Malnatis, que tiene muchos partidarios.

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