“Todos somos uno”. Mauro Colagreco al mundo

El chef del que sigue siendo mejor restaurante del mundo comparte en este texto sus reflexiones en plena crisis del coronavirus. El argentino habla de unión y de responsabilidad ante un “un sacudón que nos trae mensajes del futuro si tenemos la apertura y el coraje de escucharlos”. Desde Menton (Francia), pasando por Argentina, al mundo entero.

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Estamos atravesando un momento muy complejo y especialmente difícil para todos. Un sacudón social planetario que nos está mostrando con una velocidad inédita nuestras debilidades y fortalezas, y que apela más que nunca a nuestra capacidad de síntesis y de respuesta. Un momento único para salir de la inercia y parametrizar nuevos aportes.

¿Cuáles son nuestras habilidades para navegar en estos tiempos? Es la pregunta más acuciante que esta realidad nos está arrojando.

En la base de la filosofía del Mirazur hay valores en los que venimos trabajando y que creemos son esenciales para nuestro trabajo cotidiano, para hacer crecer y evolucionar nuestra cocina, nuestro grupo humano. Pero sobre todo son valores que hoy vemos como relevantes para afrontar momentos de crisis como estos.

Este virus nos ha mostrado que no hay fronteras, que compartimos un destino común en esta tierra. La idea que “todos somos uno” es mucho más potente que las líneas y divisiones que los mapas geopolíticos nos muestran.

Un llamamiento a conectarnos como humanidad y a entender la diversidad y la diferencia como la posibilidad de enriquecer la realidad con los distintos aportes de cada uno. La solidaridad y la posibilidad de compartir información, saberes, en un mismo plano amplia nuestras posibilidades de evolucionar y, en casos críticos, nuestras posibilidades de supervivencia real. La autonomía, la cercanía, los lazos en nuestra comunidad devienen fundamentales.

La pregunta por el origen de nuestros alimentos, de dónde vienen, quién nos asegura su producción, nuestro abastecimiento… La valorización de los productores locales, de aquellos que trabajan con los recursos del lugar y que hacen de la soberanía alimentaria y el cuidado de la tierra su bandera, es de primordial importancia.

Es un momento para fortalecer estas redes en el seno de nuestras comunidades, donde quiera que estemos. Agradezcamos, apoyemos, elijamos consumir responsablemente y trabajar con ellos, y así estaremos asegurando la continuidad de este sector primario en la producción de alimentos, y estaremos mejor preparados para responder ante situaciones de crisis además de gozar de la belleza de productos frescos, sanos y repletos de cualidades nutritivas para nuestros cuerpos y espíritus.

Es un momento especial para hacer una reflexión profunda sobre la sociedad que estamos construyendo, un sacudón que nos trae “mensajes del futuro” si tenemos la apertura y el coraje de escucharlos.

Lo que termina con el Covid-19 es la obsesión narcisista y las jerarquías. En este mundo globalizado los peligros se globalizan con la misma velocidad y nos tocan a todos por igual, se originen en el tercer mundo o en el primero.

Cuidarnos entre todos cuidando nuestros recursos materiales, humanos y espirituales y fortalecer nuestra capacidad de respuesta parece ser el hilo de Ariadna a seguir para desandar el laberinto y encontrarnos en la felicidad de compartir amorosamente nuestro destino común en esta Tierra.
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Mauro Colagreco. Restaurant Mirazur, Menton, Francia