Valtravieso muestra sus vinos de Arlanza, Jumilla y Ribera del Júcar

Bodegas Valtravieso presenta después de casi cuatro décadas en la D.O. Ribera del Duero, su gama de vinos de las D.O Arlanza, Jumilla y Ribera del Júcar. El objetivo de esta nueva línea, llamada Viñedos Olvidados, es recuperar viñedos abandonados y trabajar con variedades autóctonas.

Redacción

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Valtravieso traslada con su último proyecto, Viñedos Olvidados, su experiencia en Ribera del Duero a zonas vinícolas alejadas de su habitual radio de acción como son Arlanza, Jumilla y Ribera del Júcar. El resultado son cinco vinos, de producción limitada, tres de ellos en la montaña de Covarrubias (D.O. Arlanza), un monastrell en Fuente Álamo (D.O. Jumilla) y un bobal en Casas de Benítez (D.O. Ribera del Júcar). El equipo que ha trabajado en esta nueva línea de vinos ha sido liderado por Pablo González, gerente de Valtravieso, y Ricardo Velasco, enólogo.

 

Según aseguran, los viñedos antiguos mantienen el estilo de plantación original en el que convivían uvas tintas y blancas, sin prácticamente espacio entre las viñas. “Esto ha requerido un trabajo manual, ya que no permite mecanizar la labor. Gracias a este singular terroir dan un fruto espectacular”, ha explicado una fuente de la bodega.

 

Para trabajar el terreno explican que han llevado a cabo un análisis de microsatélites para conocer su patrimonio vegetal. En Arlanza se ha trabajado principalmente con tempranillo y garnacha tintorera. Coin ellas han elaborado Muniadona, un blanco fermentado en barrica a partir de nueve variedades blancas, con base en la albillo mayor, Cerro Cerezo y Las Mamblas (tempranillo, garnacha, bobal y mencía).

 

En Jumilla localizaron dos parcelas viejas en pie franco, formadas en vaso, plantadas de monastrell muy viejo. La bodega ha preferido trabajar la variedad desde un enfoque más fresco, más vertical y no tan pesado, buscando el estilo propio de la casa. La casa los presenta como “vinos finos, elegantes y verticales, donde la madera acompaña pero no enmascara la personalidad de la uva”. Fruto de esas dos parcelas es Pie Firme, Monastrell de pie franco.

 

En Ribera del Júcar han recuperado viñedos antiguos de la variedad bobal que se estaban abandonando por su baja productividad. El resultado es Mil Cantos.

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