Cierra Mas Pau

Xavier Agulló

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Los míticos “primeros» de El Bulli iniciarán un nuevo proyecto en el Empordà

La tentación a la melancolía corre ahora mismo entre las teclas de mi computadora; pero, como muy bien me dice Xavi por el móvil, “no es momento de revolcarse en el pasado, sino de ilusionarse con el futuro”. Cierto. Ya hace unas semanas que Toni me dio la noticia por teléfono; pero ahora se ha concretado el cierre. ¿Cuántos recuerdos de allí puedo recordar por segundo? Coño… Espera que limpio el teclado de lagrimitas… OK. Mas Pau ha cerrado pero Xavi y Toni ya tienen cinco propuestas diferentes y entusiasmantes para volver a abrir. Se apaga el primer testigo de El Bulli mas nos iluminamos ante el futuro proyecto de Sagristà y Gerez. ¡Sharaba!

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Xavi Sagristà y Toni Gerez en Mas Pau.

Mas Pau ha cerrado definitivamente. Cuatro años hacia que Xavi Sagristà y Toni Gerez andaban platicando con la propietaria de la masía la renovación del contrato. Hubo encuentros y desencuentros (más). Hasta hace unos días, en que la última propuesta de la dueña –imposible de soportar a día de hoy- fue sinónimo de cierre. Y así andan hoy nuestros dos héroes, sacando lo poco que se puede sacar: unos hornos, algunas máquinas… El resto, una inversión de 20 años (abrió en 1994), queda irremediablemente perdido (y ganado por la propietaria).

Sí, 20 años… Xavi y Toni, cocinero y jefe de sala respectivamente, fueron los primeros “liberados” de El Bulli. Fueron ellos los que, junto a Ferran y Juli, gestaron el mito en aquellos primeros y épicos años. Todavía no me puedo quitar de la cabeza el alucinado uniforme verde que gastaba Toni… 1994. Llega a El Bulli una propuesta: masía del siglo XVIII, con fábula de brujo quemado, jardín, etc. Y Ferran y Juli deciden embarcarse en el proyecto junto con Xavi y Toni. Vale decir: Ferran y Juli les “regalan” a Xavi y Toni un proyecto de altos vuelos. Fueron socios durante muchos años, hasta que, un buen día, Adrià y Soler deciden regalarles las acciones y dejarlos solos. Otra leyenda estaba en marcha. La de una insólita y muy contemporánea visión de la cocina ampurdanesa, sorpresiva, tecnificada (bulliniana), generosa, brillante. El triunfo fue rápido. También la estrella Michelin, que todavía conservan. Luego fue el hotel, después el torreón con habitaciones, las bodas… Su desayuno en la cama “special resaca” marcó un antes y un después con su bandeja de marisco (en realidad, un “brunch avant la lettre”), los embutidos, la bollería exquisita y el cava. El carro de quesos, creado por Artur Sagués, fue probablemente uno de las mejores del mundo, servido por cierto en una antigua mesa de mármol para autopsias. Los vinos armonizados por Toni. El champagne siempre… Fue allí, en una densa noche de Fin de Año, donde conocí a los Roca…

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El comedor de Mas Pau.

Mas Pau ha cerrado, amigos; pero Xavi y Toni no. A día de hoy –esta misma semana- es posible que firmen un nuevo proyecto, muy probablemente en el mismo Empordà. Tienen varias opciones –hoteles nuevos, hoteles en transformación, una casona, un lugar frente al mar…- para iniciar otra etapa que, seguramente, será de restaurante gastronómico y otros espacios más versátiles. Y esto es lo que cuenta. Xavi y Toni. Siempre.

Yo no imagino mi vida de clochard de restaurante sin ellos esperándome con las risas y el champagne en algún lugar del Empordà donde, como dije en mi última crónica del Mas Pau aquí mismo, seguro que habitará el paraíso.