Bilbao en fiestas: restaurantes para no fallar
Se celebra la Aste Nagusia y seleccionamos bares y restaurantes en los que disfrutarla, pero que valen también para el resto del año
Aunque durante la Aste Nagusia un bocadillo en una txosna -el txomin berezia de la Txomin Barullo es un clásico que no suele fallar- es el sustento de muchos de los asistentes, los nueve días de de la Semana Grande de Bilbao dan mucho margen para sentarse a comer o cenar en condiciones.
Esta pequeña selección reúne lugares solventes, desde clásicos a aperturas recientes, propuestas de cierto nivel con otras más informales.
Al ser fechas especiales, reservar es casi imprescindible en la mayoría de locales. Siempre lo ha sido y ahora, con el éxito turístico de Bilbao, todavía más. También es importante tener en cuenta que muchos restaurantes cambian su oferta habitual para ofrecer menús especiales durante la Semana Grande. También los horarios suelen variar, así que una llamada para dejar todos los detalles cerrados lo antes posible es más que recomendable.
Puede parecer raro comenzar una lista con pretensiones de autenticidad y local con el restaurante del lugar más conocido y visitado de Bilbao. Pero es que el Guggenheim lejos de ser la trampa gastronómica para turistas que se esperaría de un lugar así, no sólo cuenta con un restaurante del nivel de Nerua de Josean Alija sino que su Bistró es una auténtica joya.
Situado detrás del bar del museo, ofrece un menú del día por 30 euros y un degustación por 40 a los que, por espacio, presentación, sala y calidad de los platos, resulta imposible ponerle un pero.
Muy cerca de este famoso museo, el restaurante Islares lleva ya un par de años demostrando que es posible hacer bien las cosas y con mucho cariño en un lugar donde los turistas son mayoría. Julen Bergantiños lleva su mirada más allá de Bilbao -y mira que los confines del botxo son infinitos- para asomarse a los productos y la gastronomía del cantábrico, dando lugar a una propuesta única.
La reivindicación de recetas casi olvidadas y el trabajo con pequeños productores de toda esta zona son el hilo conductor de los dos menús degustación que ofrece con los ingeniosos nombres de A8 para el corto (la autopista que recorre el cantábrico) y de N-634 para quienes quieran ir por la nacional y alargar el viaje hasta los 13 pases. Los precios son de 92 y 116 euros respectivamente y la carta de vinos se rige con esta misma filosofía transcantábrica.
De Madrid a Bilbao. De El Corral de la Morería a Lasai. La vuelta de David García a la ciudad con este restaurante es una de las novedades más interesantes del pasado año en Bilbao. Un restaurante tranquilo -eso significa lasai en euskera- y donde el recetario tradicional vasco es reinterpretado por García con mucha técnica y algo de flamenco que se ha traído de la capital. Hasta se atreve con una versión de la carolina, uno de los pasteles clásicos de Bilbao, con maracuyá.
Una sala con ambiente de txoko, exposiciones y muchos lobos pintados por el artista Pablo Gallo conforman la personalidad de Lasai. Durante la Aste Nagusia ofrecen un menú especial por 75 euros que incluye bocados como un bloodymary con tomate y txakoli y su meloso de ternera, que se come con cuchara.
Camino de cumplir 10 años, Los Fueros es ya un clásico indiscutible de la ciudad. En realidad, hace muchísimo que lo era, porque en este mismo local se ha servido comida desde nada menos que 1878 y, de hecho, pasa por ser el primer restaurante de la ciudad. Ubicado en pleno Caso Viejo, Paul Ibarra está al frente de un lugar donde es posible encontrar auténtica cocina bilbaína y bocados que, como el grillo, casi estaban desaparecidos.
Por mencionar algunos platos, la ensaladilla rusa o la merluza rebozada que preparan son magníficas. Otro clásico son las gambas a la plancha que desde hace muchos años han sido el aroma de esta calle de Bilbao. Ofrece carta y menús a partir de 48 euros.
Lume / Gon Vaz
Pulpo y chuleta. No son los únicos argumentos que han convertido a Gon Vaz en un éxito durante los últimos años, pero sí dos de los pilares de su oferta. Y eso pese a estar en un barrio (Zurbaranbarri) alejado del centro, aunque con muy buenas vistas de la ciudad.
El caso es que ahora la familia crece y al local original se le acaba de sumar hace pocas semanas Lume. La misma filosofía con el pulpo y la carne en el centro de la propuesta -tanto en versiones clásicas como en recetas algo más creativas- pero en un restaurante céntrico, muy coqueto y que apunta maneras como una de las aperturas del año en la ciudad. Nos consta que ilustres gastrónomos de la ciudad ya tienen mesa reservada para la Aste Nagusia.
Es uno de los templos del pescado en Bilbao y aquí se maneja con igual soltura un menú degustación con platos más creativos que las recetas en las que el extraordinario producto que llega a la cocina de Sergio Ortiz de Zarate luce más desnudo. En ambos, el mar es el protagonista absoluto, ya sea en piezas asadas enteras, en un arroz socarrado de bogavante, o un pimiento confitado, con morros de ternera y callos de bacalao con jugo de cebollas asadaso en el pulpo a la vizcaína con su sopa que se sirve en los menús degustación, con 9, 13 o 17 pasos y precios a partir de 90 euros.
Tras sus primeros años en Lekeitio se trasladó a Bilbao y desde 2016 luce una estrella Michelin. En Aste Nagusia, nos confirman, no cambia nada en la carta ni en los menús degustación, así que es el lugar perfecto para darse un capricho en fiestas.
Aitor Marín, Asier Aburto y Javier Unzueta estudiaron cocina juntos y tras pasar por diversos restaurantes se han asociado para crear Martxo. Abrió sus puertas hace poco más de un año, pero este restaurante que promete cocina tradicional vasca con un toque vanguardista ya se ha hecho un hueco en el mapa gastronómico de la ciudad.
Dispone de barra donde tomar algunos pintxos,, comedor y ojo también a la carta de cócteles. Durante los días de fiestas ofrecen un menú especial (55 euros) con varios entrantes, principal y postre, así como una carta reducida
Cork
Tiene merecida fama de ser el mejor bar de vinos de Bilbao así que, con permiso del clásico kalimotxo que tanto se estila en fiestas, una parada en Cork es más que recomendable si la idea es beber bien. Situado en la calle Pozas y algo alejado del bullicio de la Aste Nagusia -algo que se agradece a ratos- una reforma el verano pasado le dio más luz y comodidad y fue también la excusa para ampliar su carta de pintxos y raciones.
La pizarra de vinos a copas que manejan, el steak tartar, la cecina o las raciones -ojo a los callos a la vizcaína- que ofrecen son buenos argumentos para visitarlo y picar algo entre vino y vino.
Rotterdam
Aprovechando la visita al restaurante Zarate le pedimos consejo a Mikel Órtiz de Zarate para ir a comer bien en fiestas. El Rotterdam, señala casi sin dudar. Algo que no sorprenderá a nadie de la ciudad porque esta veterana casa de comidas y sus cazuelas de barro expuestas en la barra son ya casi un símbolo. Y una bandera de resistencia en una zona como el Casco Viejo donde abren mucho nuevos y bonitos negocios orientados al turismo, pero se quedan por el camino bares y restaurantes históricos.
Entre sus clásicos, platos de toda la vida y sin concesiones: bacalao al pilpil y vizcaína, merluza, albóndigas, croquetas, casquería… Un bar de toda la vida de los que cada vez cuesta más encontrar.
Cervecera Cobetas
Situado en lo alto del monte Cobetas, la cervecera con el mismo nombre no sólo ofrece unas estupendas vistas sobre la ciudad y un mirador de lujo para los fuegos artificiales que se lanzan cada noche, sino que también permite conocer un formato muy popular en todo Bizkaia y donde la felicidad gastronómica no tiene mucho misterio: pollo asado, chorizo, ensalada -con esa lechuga y cebolleta crujiente que tanto cuesta encontrar fuera- tortilla, pimientos verdes fritos…
Con mesas corridas en su enorme terraza, autoservicio, manteles de papel y jarras de cerveza en el centro, pocas cosas más de Bilbao que este plan cualquier día de verano. El ticket muy ajustado es también parte del encanto del lugar.
SOBRE LA FIRMA
Iker Morán
Licenciado en Periodismo, bilbaíno y afincado en Barcelona desde hace tiempo. Llevo más de una década escribiendo sobre todo lo que tiene que ver con comer y beber. Además de la gastronomía, la fotografía es mi otra gran pasión y ocupación, recogida en Photolari, medio que dirijo y es referente en temas de foto y vídeo.
