Familia Torres reduce el cobre en el viñedo y otras noticias

Tres bodegas obtienen la certificación WfCP, Viñadores do Atlántico apuesta por el proyecto de recuperación de Ponte da Boga, Familia Torres demuestra que es posible reducir la presencia de cobre en el viñedo y la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas expone los problemas del sector.

Redacción

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Familia Torres y Jean Leon han presentado los resultados de los ensayos de campo que han realizado durante dos años en el marco del proyecto internacional Copperplace y que demuestran que es posible reducir la aplicación de cobre en el viñedo manteniendo la misma efectividad. La reducción del uso de cobre en viticultura ecológica responde a la necesidad de implementar métodos de producción respetuosos con el medioambiente para minimizar el impacto ambiental y fomentar la biodiversidad tanto a nivel de viñedo como de suelo. En los ensayos, se ha conseguido reducir en un 37% el uso de cobre en el viñedo sin reducir la efectividad del tratamiento, y un 10% del agua utilizada, gracias sobre todo a un sistema de aplicación variable y al uso de microcápuslas biodegradables con cobre, desarrolladas por Eurecat.

 

Pagos de Araiz, perteneciente al grupo vitivinícola Masaveu Bodegas, ha obtenido recientemente el sello Wineries For Climate Protection (WFCP). Es una de las cincuenta bodegas de toda España que tienen esta certificación. En la actualidad, Pagos de Araiz posee 32 hectáreas de viñedo acorde a los criterios de Agricultura Ecológica y 210 siguiendo pautas de Producción Integrada con el objetivo de transformarlas en ecológico en un futuro a medio plazo. Una de las medidas adoptadas para la mejora de la sostenibilidad en la finca son la reforestación para evitar la erosión del suelo, reducir la huella de carbono y facilitar la proliferación de insectos polinizadores y depredadores reduciendo el uso de pesticidas y herbicidas. En lo que respecta al control y el uso del agua, la bodega prioriza la optimización del agua del riego realizando un seguimiento a través de sondas de humedad. La Bodega Pagos de Araiz, en colaboración con la Universidad de Navarra, estudia a través de un proyecto de I+D los efectos del cambio climático en el viñedo, así como la aplicación de nuevas técnicas tanto en campo como en bodega que permitan reducir el grado alcohólico, corregir la acidez o retrasar la maduración.

Vista de la bodega Pagos de Araiz. Foto: Pagos de Araiz
Vista de la bodega Pagos de Araiz. Foto: Pagos de Araiz

Bodegas José Pariente puso, hace años, en marcha un ambicioso proyecto 360º relacionado con el respeto al medio ambiente que tocaba todos los ámbitos de la empresa: desde los trabajos de campo libres de pesticidas, la adaptación de todos los procesos de elaboración y la integración paisajística, hasta la apuesta por una economía circular, todo ello con el fin de garantizar los recursos naturales del planeta. Por el momento, todos los vinos con crianza de esta bodega familiar cuentan con certificación ecológica, pero su hoja de ruta actual pasa por la conversión de todos aquellos viñedos que son propiedad de los viticultores locales con los que trabajan, para que, en el año 2025, la totalidad de sus vinos cuenten con dicho sello. Bodegas José Pariente ha llevado a cabo el proceso de certificación en WfCP con el objetivo de demostrar, de manera sólida, su compromiso medioambiental. Su proyecto se basa en la consecución de un equilibrio con todos los recursos disponibles del entorno mediante la explotación de los mismos por debajo de su límite de renovación.

 

Hijos de Rivera presentó en 2021 Viñadores do Atlántico, un proyecto de distribución de la bodega que busca impulsar el desarrollo sostenible y la economía local de zonas vitivinícolas gallegas. De este modo, Viñadores do Atlántico, Selección Hijos de Rivera, elige a aquellas bodegas que luchan por la recuperación de variedades de uva autóctonas bajo unas prácticas responsables y de desarrollo de la tierra, proyectos que generan un impacto positivo real en su entorno, y respalda su actividad a través de su potencial de distribución y comercialización. “Fieles a nuestra naturaleza inconformista, en Hijos de Rivera seguimos trabajando en proyectos que ayuden a poner en valor la cultura de la tierra y que apoyen la generación de un mayor impacto positivo en Galicia”, explica Aitor de Artaza de Hijos de Rivera. “Con Viñadores do Atlántico queremos tejer nuevas redes de colaboración con las bodegas gallegas para apostar por la recuperación de variedades autóctonas y subrayar el potencial enológico de las diferentes zonas vitivinícolas”, añade. En su Selección 2022, Viñadores do Atlántico impulsa a la bodega Ponte da Boga con su proyecto de recuperación de la variedad autóctona y ancestral, la uva merenzao. La bodega fue pionera en la D.O. Ribeira Sacra en la recuperación de la merenzao para su vinificación como monovarietal.

Viñedos Ponte da Boga
Viñedos Ponte da Boga

Bodegas Riojanas es otra de las que ha recibido el certificado Wineries for Climate Protection (WfCP) por su compromiso con el medioambiente. La bodega riojana obtiene este importante sello por su actuación en los cuatro pilares sobre los que se basa la certificación: la reducción de la huella de carbono, la eficiencia energética, la gestión eficiente del agua y la reducción de residuos. Desde hace años, la bodega de Cenicero viene impulsando proyectos de investigación que han permitido mejoras en la gestión sostenible de sus viñedos y bodega.

 

Bodega Leda, ubicada en Tudela de Duero, Valladolid, inició en 2019, año en el que certificaron la bodega y el proceso, una fuerte apuesta por la agricultura ecológica obteniendo ese año el certificado para la producción y elaboración de vinos ecológicos. Después de tres años, su inscripción en agricultura ecológica como respuesta a una filosofía basada en el máximo respeto por el viñedo, se ve recompensada con el lanzamiento al mercado de ‘Más de Leda 2019 Ecológico’ y ‘Leda Viñas Viejas 2019 Ecológico’, dos vinos elaborados con un respeto absoluto al entorno y al viñedo. Además de Más de Leda y Leda Viñas Viejas, Bodega Leda elabora una tercera referencia, ‘Guarda de Leda’, que saldrá al mercado en 2023 con el mismo sello ecológico.

Viñedo en Bodegas Leda. Foto: Bodegas Leda.
Viñedo en Bodegas Leda. Foto: Bodegas Leda.

La Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas, la asociación que representa a las denominaciones de origen de vino, celebró el 11 de noviembre, en Lanzarote, su XXX Asamblea General. La Denominación de Origen Lanzarote fue, en esta ocasión, la anfitriona de la reunión del máximo órgano de gobierno de la organización. Con la presencia de los principales representantes de la gran mayoría de los 54 consejos reguladores que forman parte de CECRV, la Asamblea abordó, como uno de sus puntos centrales, los procesos de reforma de las políticas que regulan a nivel europeo el sistema de indicaciones geográficas, el etiquetado y la promoción de productos agroalimentarios de la UE, incluido el vino. Durante el encuentro, se repasaron los objetivos que plantea la Comisión Europea con estas reformas y se comprobó el desfase entre estos y las necesidades y demandas del sector, identificando los retos que esas reformas suponen para el sector del vino y las principales reivindicaciones de las DDOO ante ellas. La Asamblea sirvió también para seguir reclamando a las administraciones públicas atención y consideración hacia el patrimonio cultural, social, económico y paisajístico que supone el viñedo para las zonas rurales en las que se asienta, ante lo que las denominaciones de origen consideran una amenaza creciente para el sector del vino: la proliferación descontrolada de desproporcionados proyectos de infraestructuras de producción de diferentes fuentes de energía (incluyendo parques eólicos e instalaciones fotovoltaicas), así como de actuaciones de carácter industrial, en zonas de viñedo y que ponen en riesgo la viabilidad de este cultivo.

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